Roger Federer ha sido incapaz de repetir el éxito logrado el año pasado sobre hierba. El suizo no ha podido lograr ni su décima corona en Halle ni su novena en Wimbledon y además ha perdido muchos puntos. Federer parecía intratable una vez más a comienzos de año cuando ganó el Open de Australia por segundo año consecutivo, logró el título en Rotterdam y recuperó el número uno del mundo. Sin embargo, tras haber recuperado el trono mundial por primera vez desde 2012, el suizo no ha podido ganar un título grande desde febrero. 

Federer tan solo ha logrado un título sobre hierba en esta gira, el título que el año pasado no pudo ganar, pero sin duda Roger hubiese firmado no ganar el título en Stuttgart y sí los otros dos. Al igual que en 2016, Federer ha caído sobre hierba. Hace dos años esa caída fue literal en su partido ante Milos Raonic, que le obligó a parar por seis meses, pero esta vez la caída ha sido figurada. Una caída que tiene sus antecedentes allá por el mes de marzo en la final de Indian Wells.

La final de Indian Wells, punto de inflexión

Federer tuvo la oportunidad de volver a ganar el título en el desierto de California este año en la final ante Juan Martín del Potro. El suizo sufrió más de cuenta y perdió la primera manga ante el argentino. Sin embargo, salvó dos bolas de partido en el segundo set y mandó el partido al tercer y definitivo parcial. En él iba a tener tres bolas de partido con su saque, pero iba a ser incapaz de cerrar el partido como pocas veces le ha pasado y permitió a Del Potro recuperar la rotura perdida anteriormente. En una muerte súbita definitiva, Federer jugó un desempate para olvidar y lo perdió de forma clara por 7-2, dándole a Del Potro su primer título de Masters 1000.

Roger se mostró muy enojado consigo mismo debido a que tenía el partido ganado, pero fue incapaz de cerrarlo, algo que muy pocas veces le pasó. Una semana después, fue eliminado a las primeras de cambio por Kokkinakis en el Masters 1000 de Miami, donde también defendía título. El suizo, tras esa derrota, perdió el número uno del mundo y afirmó que al igual que en 2017 no iba a jugar sobre tierra batida. Esa derrota en Indian Wells hizo más daño del esperado a un Federer que por primera vez desde 2016 se veía débil y desconfiado sobre la pista.

Vuelta exitosa a las pistas en Stuttgart

Federer estuvo dos meses y medio alejado de las pistas desde que cayera eliminado en Miami a finales del mes de marzo hasta que comenzara la gira de hierba a principios del mes de junio. Federer el año pasado se vio sorprendido en Stuttgart al ser eliminado a las primeras de cambio por Tommy Haas, pero este año no iba a pasar lo mismo.

Roger jugó muy seguro y muy bien durante toda la semana, solamente cedió un set en las semifinales ante Kyrgios y ganó el título sin ningún problema en la gran final. El suizo ganó el título número 98 de su carrera deportiva derrotando a Milos Raonic. Todo indicaba que Federer había recuperado su confianza tras esos dos golpes duros en Indian Wells y Miami y todo parecía destinado para que ganase el título número 100 de su ilustre carrera en Wimbledon.

Final perdida en Halle

Roger tenía una gran oportunidad en uno de sus torneos favoritos. El año pasado, el suizo logró su novena corona en Halle derrotando a Zverev en la final y este año tenía la oportunidad de ganar su décimo título. Sin embargo, Federer no se vio en Halle igual de bien que en Stuttgart y en la segunda ronda, cuando tuvo que salvar bolas de partido ante Benoit Paire, se veía que algo no estaba del todo bien.

Roger alcanzó la final ganando sin problemas sus partidos de cuartos de final y semifinales, eso sí, ante rivales con poca experiencia en grandes torneos como Ebden y Kudla. El suizo se iba a ver las caras con Coric en la final, quien ya le puso las cosas complicadas en Indian Wells y llegaba al partido en un gran momento de forma. Pocos se lo esperaban, pero sí Federer acabó perdiendo la final ante Coric. El suizo se vino abajo en la tercera manga y el croata lo aprovechó así ganando su primer título sobre hierba. Como ya pasó en 2016 una joven estrella eliminaba al rey de la hierba en uno de sus torneos favoritos.

Duro golpe en Wimbledon

El nivel del suizo en el tercer Grand Slam de la temporada fue muy bueno en la primera semana, donde junto a Rafa Nadal fue el único tenista que no cedió un set.

En los octavos de final, Federer tampoco tuvo ningún problema para derrotar a Adrian Mannarino, que estaba haciendo una gira de hierba bastante buena. En los cuartos de final ante Kevin Anderson, todo parecía que iba a seguir igual, el suizo ganó los dos primeros sets y contó con una bola de partido en el tercero, pero a partir de ahí el sudafricano iba a jugar su mejor tenis y a poner en un aprieto al suizo.

Nadie se hubiera esperado que Federer acabara perdiendo el encuentro, pero así fue tras un quinto set que acabó 13-11. Kevin Anderson logró una de las hazañas más increíbles de la historia del torneo y eliminó al ocho veces campeón de Wimbledon. Roger se marchó cabizbajo de la pista número uno de SW 19 y afirmó que era un momento muy duro para él este.

El suizo en total ha perdido 1.600 puntos en esta gira de hierba y con ello se van por un tiempo sus opciones para poder volver a ser número uno del mundo. Roger todo indica que volverá a las pistas a mediados de agosto para la disputa de los Masters 1000 de Toronto y Cincinnati y para preparar el US Open. Federer ahora mismo está muy tocado, pero nunca hay que darle por muerto, muchos lo hicieron en 2016 cuando se lesionó y volvió más fuerte que nunca, dominando el tenis y logrando su vigésimo título de Grand Slam. Veamos si la historia de la caída sobre hierba tiene la misma que recuperación que tuvo hace dos años.