El pasado sábado Andy Murray anunció que pondría punto y final a la presente temporada tras los torneos de Shenzhen y Pekín. Con el objetivo de sumar los máximos triunfos posibles en estas dos semanas para concluir el año de su vuelta a los circuitos de la mejor manera posible, el escocés quiere dar que hablar en esta gira asiática. Por lo pronto, ya se la colado en los cuartos de final de Shenzhen, derrotando por la vía rápida, 6-3 y 6-4, al vigente campeón y número once del mundo, el belga David Goffin. Una victoria de prestigio para Murray, que demostró que, si bien todavía le sigue faltando un punto a nivel físico, su calidad y su motivación por volver a estar entre los mejores están fuera de toda duda. 

15 saques directos realizó Murray en el día de hoy, por sólo uno de Goffin. El belga estuvo aciago con su segundo servicio, con un pobre 25% de puntos ganados (4 de 16)

Nada más comenzar el partido, se vio claramente que el Murray del primer día ante el chino Zhang no tenía nada que ver al de hoy. Quizá todavía no esté para ofrecer un nivel alto de manera constante, durante dos o tres partidos seguidos, pero a lo mejor sí para hacerlo un día sí y otro no. El revés, la zona más delicada al ser el lado por el que se operó, volvió a ser ese arma poderosa que hace temible al escocés. Cada vez que tocaba una bola con su revés, Murray no obtenía respuesta por parte de Goffin. Dicho sea de paso, el belga tampoco anda fino en este 2018 y ofreció bastantes oportunidades al resto, demasiadas ante uno de los mejores de todos los tiempos en esa faceta. 

Murray aprovechó su primera opción para ser el primero en abrir hueco en el primer parcial (3-1). Goffin recuperaría la desventaja en el séptimo juego, pero acto seguido y víctima de nuevo de sus propios errores, el de Rocourt regaló un nuevo 'break' a Murray, que no lo desaprovechó para poner el 6-3 en el marcador. 

Con ésta, ya son seis derrotas de Goffin frente a Murray en otros tantos partidos. El belga ni siquiera sabe lo que es llevarse un set ante el británico

El escocés estaba eléctrico, no tanto en cuanto a sus movimientos, pero sí en la velocidad y aceleración que desplegaba en sus golpes. El choque parecía visto para sentencia con un 3-0 y doble 'break' favorable a Murray en el inicio del segundo set. Pero de ahí hasta el final, las dudas asaltaron la cabeza del británico. Hacía mucho tiempo que Murray no conseguía un triunfo ante un tenista de ránking tan alto como Goffin. Eso hizo que el escocés dudara a la hora de cerrar y que desaprovechara uno de sus servicios para ello.

El último juego fue puro Murray. Al filo de la navaja, hay pocos como el escocés. Goffin dispuso de tres bolas para empatar a cinco, una de ellas especialmente dolorosa al tirar fuera un remate a medio metro de la red. Ese fue su final, puesto que en las dos siguientes, Murray no dio opción, acabando el partido con tres servicios directos consecutivos. De esta manera, el de Dunblane, actualmente en el puesto 311 del mundo, alcanza por segunda vez la ronda de cuartos de final desde su reaparición el pasado mes de junio. En dicha ronda, podría medirse al español Fernando Verdasco, con el que reeditaría el encuentro de hace apenas un mes en la segunda ronda del pasado US Open. Para ello, el madrileño, que venció en aquel choque por tres sets a uno, deberá superar al japonés Taro Daniel en el último partido de los octavos de final del cuadro.