Tras la primera jornada de las WTA Finals, llegan las urgencias. Tanto Caroline Wozniacki como Petra Kvitova no tuvieron, ni mucho menos, su debut soñado en Singapur y ahora se ven obligadas a reaccionar de manera inmediata si quieren mantener sus opciones de lograr uno de los dos billetes para las semifinales del sábado. Como es costumbre en el formato de este torneo, el único del circuito en el que puedes ganar el título aún habiendo perdido un partido, las dos perdedoras de la primera jornada se enfrentan entre sí en la segunda, convirtiendo el choque en casi una bola de partido. Dependiendo del resultado de este partido y el del otro entre Svitolina y Pliskova, podría darse el caso de que la perdedora del encuentro entre Wozniacki y Kvitova dijera adiós de forma matemática. 

Kvitova domina el cara a cara por 8-5, incluidos los cuatro últimos enfrentamientos. En las WTA Finals se han medido en dos ocasiones, con una victoria para cada una (en 2011 Kvitova, en 2014 Wozniacki)

Como hemos dicho, este torneo te da la oportunidad de seguir con vida pese a comenzar con derrota. Tras dos nefastos debuts, tanto Wozniacki como Kvitova saben que este partido es crucial en sus aspiraciones. La danesa tiene que lidiar, además, con la presión de ser la vigente campeona. Si Wozniacki pierde y Svitolina gana a Pliskova, la de Odense quedaría matemáticamente eliminada. Por el contrario, si son ella y Pliskova las que vencen, sería Kvitova la que diría adiós. 

Si bien la derrota de Wozniacki frente a Pliskova fue bastante sorprendente, dado que la primera llegaba tras vencer en Pekín, la de Kvitova con Svitolina podía entenderse más debido al bajo nivel con el que llegaba a esta cita la checa. La actual número cinco del mundo se encuentra en un momento de crisis permanente, sin confianza, algo vital al tratarse de una jugadora que depende mucho de sus primeros tiros. Si Kvitova pierde la inspiración, los errores de bulto se suceden y eso fue lo que sucedió ante Svitolina. La ucraniana planteó un partido muy inteligente, dejando la responsabilidad de atacar a su rival y devolviendo siempre una bola más. 

En ese sentido, el encuentro de este martes será muy similar. Por muy mal que haya comenzado el torneo, Wozniacki no va a renunciar a su estilo, sólido y contragolpeador. Lo mismo pasa con Kvitova. La checa no sabe jugar de otra manera, no concibe este deporte como otra cosa que no sea atacar constantemente. Pero su gran problema es que no está con confianza y desde hace tiempo, además. Por ello, Wozniacki parte con cierta ventaja en un choque sin margen de error. Ambas necesitan la victoria para olvidar el mal sabor de boca del primer día y volver a disponer de opciones claras de meterse en semis. La que pierda, si no matemáticamente, quedará virtualmente fuera.