Tras más de dos meses sin hacerlo, Novak Djokovic volvió a experimentar el hecho de verse obligado a remontar en un partido de tenis. El serbio tuvo que echar mano de su mayor oficio y mentalidad ganadora para vencer a un gran Marin Cilic en los cuartos de final del Masters 1000 de París-Bercy, último de la temporada. Tras más de dos horas de intensa lucha, el serbio logró inclinar al croata por un marcador global de 4-6 6-2 y 6-3. Cilic mostró su mejor nivel llegando a arrebatar un set al jugador más en forma del mundo y comenzar arriba en el tercero. Sin embargo, un extraordinario final por parte de Djokovic terminó con las esperanzas del pupilo de Ivan Cinkus

Los números terminaron siendo favorables al serbio, que finalizó con 21 golpes ganadores por 19 errores no forzados. Cilic sumó más winners, 29, pero casi el doble de errores que Djokovic, 37

Una de las dos victorias del croata sobre el serbio se dio, precisamente, en este mismo escenario y en esta misma ronda hace dos años. Aquella derrota propició el 'sorpasso' de Andy Murray sobre Djokovic en el ránking mundial. Con ese dulce recuerdo afrontó Cilic el partido, con una autodeterminación y concentración en cada momento que recordó a aquel US Open del 2014, el único 'grande' que figura en su palmarés. Djokovic supo desde el primer momento que esto no iba a ser tan fácil como en sus dos primeros partidos en la capital francesa. Corriendo de lado a lado, el serbio es feliz. Nadie vuelve al centro tan rápido como él, por lo que se ve sorprendido cuando sus rivales utilizan el contrapié contra él. 

Sin perder su agresividad, Cilic también fue capaz de variar su juego y no ser simplemente ese jugador que busca romper la bola en cada punto. Tras varios avisos, el croata logró premio a su constancia y rompió el servicio de Djokovic en el noveno juego del primer set (5-4). El número siete del mundo completó una actuación magistral en estos primeros 50 minutos con un servicio en blanco para poner el 6-4 en el marcador. 

El croata había logrado algo inaudito en estos dos últimos meses. Desde su partido de segunda ronda del pasado US Open ante el estadounidense Tennys Sandgren, Djokovic no había vuelto a ceder un solo set, para un total de 30 seguidos. Además, el de Belgrado no cedía un primer set de un partido desde los octavos de final del Masters 1000 de Cincinnati ante Grigor Dimitrov. La reacción del próximo número uno del mundo no se hizo esperar y en un segundo set en el que también contó con el previsible bajón de su rival, Djokovic puso las cosas en su sitio con un claro 6-2. 

Pero eso no quiso decir que eso hubiera acabado, ni mucho menos. Cilic recuperó la intensidad y el acierto exhibidos en el primer parcial y puso nuevamente a prueba la paciencia de Djokovic. Éste tiró con vehemencia su raqueta al suelo tras ceder su servicio en el tercer juego del set decisivo (2-1). Como si de una descarga eléctrica se tratara, el serbio se sirvió de esa adrenalina para conseguir un parcial de 5-1 que acabó con el partido. Dos 'passing shots' marcaron la diferencia en favor del 14 veces campeón de Grand Slam. Primero, para salvar su servicio con 3-3 en el marcador, el serbio se inventó un revés marca de la casa ante la feroz subida a la red de Cilic. Acto seguido, el croata repitió jugada con su saque y volvió a ser pasado por el serbio, esta vez de derecha, y gracias al cual se colocó con 5-3 arriba. Djokovic cerró a lo grande, en blanco, el encuentro más exigente que ha disputado desde hace más de tres meses. 

De esta manera, el serbio ya espera rival en semis, que saldrá del último choque de cuartos de final de la jornada que medirá al suizo Roger Federer frente al japonés Kei Nishikori. Todo el mundo del tenis y, por supuesto, la organización del torneo sueñan con una semifinal entre el suizo y el serbio pero Nishikori, con su billete para Londres ya garantizado, también querrá sumarse a la fiesta.