El año 2018 de Thiem se ha parecido mucho al de 2017, el austriaco no ha mejorado mucho esta temporada y de acabar quinto en la clasificación mundial ha pasado a acabar octavo. Dominic ha demostrado que hoy en día es uno de los mejores tenistas del mundo sobre tierra batida y el único por segundo año consecutivo que ha sido capaz de plantarle cara y derrotar a Rafa Nadal sobre esta superficie.

Sin embargo, lejos de su querida arcilla los resultados no han sido los mejores y Thiem se ha visto superado claramente por sus rivales en la mayoría de torneos. Además, las prontas eliminaciones en los torneos de verano se han vuelto a repetir. Este año no ha sido ni una evolución ni una involución, todo ha seguido igual.

Inicio de temporada con un título pero con pocas alegrías

El año no comenzó nada bien para el austriaco ya que se tuvo que borrar del torneo de Doha en las semifinales antes de disputar su partido ante Monfils. Thiem logró tres victorias en sets corridos ante rivales de menor nivel pero una leve lesión le obligó a abandonar el torneo. También, cayó eliminado antes de tiempo en el Open de Australia. Thiem superó con algún que otro apuro sus tres primeros encuentros ante Pella, Kudla y Mannarino pero cayó eliminado en octavos de final ante Tennys Sangdren en un partido de cinco sets. Por segundo año consecutivo, el austriaco caía eliminado en cuarta ronda pero esta vez contra todo pronóstico ya que fue eliminado ante un tenista que ni tan siquiera estaba entre los cien mejores del mundo.

El primer título de la temporada llegó pronto, al contrario que en 2017, Thiem no jugó en Rotterdam y se marchó a Buenos Aires para jugar sobre la tierra batida sudamericana más pronto de lo normal. El austriaco hizo valer su condición de favorito y ganó el título sin perder ni un solo set en toda la semana. Thiem derrotó a Bedene en la gran final y ganaba por segunda vez en territorio argentino, un torneo que ganó por segunda vez (la primera fue hace dos años en 2016). Sin embargo, el austriaco no pudo repetir título en Río de Janeiro ya que cayó eliminado en cuartos de final de forma muy clara ante Fernando Verdasco. Thiem ganó en 2017 en la ciudad brasileña pero por culpa del cansancio acumulado en Argentina no pudo pasar de los cuartos de final en esta edición.

Thiem posa con el trofeo de campeón en Buenos Aires. Foto: Getty Images.
Thiem posa con el trofeo de campeón en Buenos Aires. Foto: Getty Images.

Dominic no acabó la gira por la tierra batida sudamericana con un buen sabor de boca y las buenas sensaciones tampoco volvieron sobre pista dura. En el torneo de Acapulco tras ganar dos partidos cómodamente ante Norrie y Shapovalov, fue eliminado en los cuartos de final por el tenista que posteriormente ganaría el torneo, Juan Martín del Potro. En Indian Wells tampoco fue capaz de darle la vuelta a la situación, eliminó a Tsitsipas en su debut pero en la tercera ronda tuvo que retirarse lesionado en su partido ante Pablo Cuevas. Por culpa de esa lesión no pudo participar en el Masters 1000 de Miami y ya se concentró en la gira de tierra batida en la que defendía muchos puntos.

Llega la tierra batida, llegan los resultados

La tierra batida llegó y los buenos resultados también, aunque esta vez tuvieron que esperar algo más que en 2017. Thiem comenzó su andadura en Montecarlo con una victoria plagada de dudas ante Andrey Rublev pero al día siguiente logró una victoria muy importante ante Novak Djokovic en otro partido muy disputado. Sin embargo, en los cuartos de final fue apaleado por el campeón del torneo Rafa Nadal en un partido en que tan solo ganó dos juegos. En el Conde de Godó la cosa no mejoró, Thiem volvió a caer eliminado en los cuartos de final y no fue capaz de repetir el éxito de 2017 donde llegó a la final del torneo. Stefanos Tsitsipas se cargó al austriaco tras dar un auténtico recital sobre la pista central de Barcelona.

Madrid trajo la mejor versión de Dominic Thiem, el austriaco tuvo muchos problemas para sacar adelante sus dos primeros partidos ante Delbonis y Coric pero a pesar de estar contra las cuerdas, se repuso y se hizo con la victoria. En los cuartos de final se vio las caras una vez más con Rafa Nadal en una revancha de la final del año anterior. Tras un par de torneos en los que no mostró su mejor imagen, Thiem se desquitó ante el tenista español, el austriaco jugó el mejor partido de la temporada y derrotó a Nadal en su país en la que fue la primera y única derrota del español sobre tierra batida en toda la temporada. El austriaco finalmente jugó a su mejor nivel y silenció a la caja mágica.

Dominic logró su primera victoria ante Kevin Anderson en las semifinales y jugó la final del torneo por segundo año consecutivo. Sin embargo, una vez más cayó derrotado, esta vez ante un Zverev que mostró un gran nivel al servicio durante toda la semana. A pesar de no poder ganar su primer Masters 1000, Thiem recuperó la confianza y demostró que es el único tenista capaz de derrotar a Nadal sobre su superficie favorita. En Roma fue eliminado a las primeras de cambio ante el ídolo local Fabio Fognini, el cansancio y el gran nivel del italiano no le permitieron llegar lejos en la capital italiana.

Para no llegar con falta de preparación a Roland Garros, Thiem decidió jugar en Lyon durante la semana previa al segundo Grand Slam de la temporada. El austriaco logró ganar el título pero no fue capaz de convencer con su tenis. Jugó a medio gas pero fue suficiente para salir de la ciudad francesa con otro título bajos sus brazos. Thiem logró tres victorias en tres sets ante García-López, Lajovic y en la final ante Simon. El tenista de Wiener Neustadt sacó adelante un par de situaciones complicadas durante la semana y ganó confianza de cara a un torneo en el que tenía puestas muchas ilusiones.

Final en Roland Garros

Thiem tenía muchas ilusiones en Roland Garros y esas ilusiones se convirtieron en realidad. El austriaco no convenció mucho durante la primera semana del torneo ya que de cuatro partidos que ganó tan solo uno fue en sets corridos (ante Ivashka), necesitó cuatro sets para derrotar a Tsitsipas en segunda ronda, a Berrettini en tercera ronda y a Nishikori en octavos de final. En los cuartos de final se tuvo que ver las caras con Zverev y le pegó un auténtico repaso al alemán que se vio muy débil durante toda la semana y fue puesto en su sitio por su amigo austriaco.

Thiem logró el pase a semifinales por tercer año consecutivo y esta vez se tenía que ver las caras ante la sorpresa de torneo, Marco Cecchinato. El austriaco sufrió en el segundo set pero finalmente se acabó llevando una victoria en sets corridos y el pase para la primera final de Grand Slam de su carrera deportiva. Sin embargo, en esa final se vio las caras con Rafa Nadal y no tuvo ninguna opción. A pesar de todo fue un gran torneo en el que se consolidó como el segundo mejor tenista del mundo sobre tierra batida.

Thiem junto a Nadal en la final de Roland Garros. Foto: Getty Images.
Thiem junto a Nadal tras la final de Roland Garros. Foto: Getty Images.

Muchas derrotas en verano

La gira de hierba quedó en el olvido ya que tan solo disputó dos torneos y tan solo fue capaz de ganar un partido. En Halle cayó eliminado en la segunda ronda ante Sugita y en Wimbledon se tuvo que retirar lesionado en su partido de primera ronda ante Baghdatis. Dos semanas después volvió a la acción sobre tierra batida en los últimos torneos del año sobre la superficie. En Hamburgo quedó eliminado en cuartos de final tras jugar a medio gas durante toda la semana y en el último torneo (en su país, en Kitzbühel) fue derrotado a las primeras de cambio por Klizan que posteriormente ganaría el torneo. A pesar de salir como primer cabeza de serie en ambos torneos, no fue capaz de ganar ninguno.

Una semana después viajó a Canadá para jugar el Masters 1000 de Toronto pero la falta de preparación sobre pista dura le hizo caer a las primeras de cambio ante un gran Stefanos Tsitsipas. No jugó en Cincinnati por culpa de unas molestias y se centró de lleno en el último Grand Slam de la temporada, el US Open. Thiem logró victorias apuradas en la primera semana ante Basic, Johnson y Fritz y se metió en los octavos de final a pesar de no mostrar una gran imagen. Esa gran imagen llegó en octavos de final ya que le dio una lección de tenis al finalista de 2017, Kevin Anderson, al que derrotó en sets corridos. Sin embargo, su participación en el torneo llegó a su fin en los cuartos de final donde fue derrotado por Nadal en un partido épico que se decidió en la muerte súbita del quinto set.

Final de temporada sin pena ni gloria

El austriaco decidió jugar en San Petersburgo por primera vez en su carrera. En la ciudad rusa logró su tercer título de la temporada (el primero de su carrera sobre pista cubierta) tras derrotar a Klizan en la final. Tras ello, Thiem se tomó un mes de vacaciones y volvió para el Masters 1000 de Shanghái en el que por segundo año consecutivo fue derrotado en primera ronda, esta vez por el australiano Ebden.

Thiem ganó el título en San Petersburgo. Foto: Getty Images.
Thiem ganó el título en San Petersburgo. Foto: Getty Images.

Tras un nuevo fracaso en tierras asiáticas, regresó a Viena donde tampoco pudo pasar de los cuartos de final, fue derrotado por Nishikori y no pudo certificar su clasificación para las ATP World Tour Finals de Londres. Esa clasificación se certificó la semana siguiente en París, allí Thiem logró meterse en las semifinales del último Masters 1000 de la temporada. Sin embargo, no pudo alcanzar la final, su nivel en su partido de semifinales ante Khachanov fue muy pobre y cayó derrotado de forma contundente.

El austriaco disputó las ATP World Tour Finals por tercer año consecutivo en Londres. Eso sí, en la capital británica tampoco jugó su mejor tenis en los dos primeros partidos, en los que fue derrotado por Kevin Anderson y Roger Federer en sets corridos. En su último partido ante Nishikori logró mostrar su mejor imagen, fue muy superior al japonés y se llevó una gran victoria en sets corridos, la tercera de su carrera en las ATP World Tour Finals. Sin embargo, no pudo clasificarse para las semifinales y despidió la temporada con una victoria, algo muy poco habitual en el mundo del tenis.

Thiem celebra su última victoria ante Nishikori. Foto: Getty Images.
Thiem celebra su última victoria ante Nishikori. Foto: Getty Images.

Thiem ya mira a 2019, un año en el que buscará mejorar sus actuaciones fuera de la tierra batida, algo que ha sido su cuenta pendiente en 2018. El austriaco buscará ganar sus primeros Masters 1000 y Grand Slams la próxima temporada, algo que no será nada sencillo pero ha sido algo que ha estado cerca de conseguir esta temporada. Thiem volverá a ser uno de los rivales a batir sobre tierra batida y buscará sorprender de nuevo a Rafa Nadal para ganar sus primeros grandes títulos de su carrera profesional.