Tras dos años y once meses después de coronarse por última vez en Memphis, Kei Nishikori ha vuelto a saborear las mieles del éxito en el circuito ATP. El japonés terminó con su particular gafe de finales perdidas, nueve consecutivas, conquistando el ATP 250 de Brisbane (Australia) tras doblegar en la gran final al ruso Daniil Medvedev, número 16 del ránking mundial, por 6-4 3-6 y 6-2 en un choque que se alargó hasta las dos horas y cinco minutos de juego. El segundo cabeza de serie del cuadro dominó el encuentro en líneas generales y sólo su mal porcentaje en bolas de rotura, un 33% (cinco de 15), evitó una victoria más holgada a su favor. 

Medvedev terminó algo descontrolado en sus números: 25 golpes ganadores por 38 errores no forzados. Nishikori se mostró más equilibrado: 20 winners y 30 errores

Antes de partir hacia Sidney donde defiende título, Medvedev tenía como objetivo terminar en lo más alto una semana en la que había derrotado consecutivamente a tres extop10 como Andy Murray, Milos Raonic y Jo-Wilfried Tsonga. Pero pronto se dio de bruces con el temible resto de Nishikori, uno de los mejores del mundo en esa faceta. Al japonés no el importó comenzar 'break' abajo, puesto que rompió dos veces seguidas el servicio del ruso para lograr un parcial de 5-0 y llevarse el primer set por 6-4

Durante el segundo set, los fantasmas de esas nueve finales perdidas aparecieron en la cabeza del nipón, que perdonó la vida a Medvedev desperdiciando hasta ocho bolas de rotura, tres en el primer juego y otras cuatro en el séptimo, para ver cómo su rival aprovechaba su primera oportunidad para equilibrar la balanza (6-3). Pero el encuentro no sufrió ningún cambio en el set definitivo. Nishikori continuaba siendo más incisivo al resto y, esta vez sí, supo aprovechar mejor sus oportunidades para lograr tres 'breaks' consecutivos con los que puso el 6-2 que le daba su ansiado título. 

35 meses e innumerables problemas físicos después, incluida una triple operación de muñeca, el japonés confirma su vuelta a la élite con la conquista de su 12º entorchado en el circuito ATP. Ahora sí, Nishikori ya cuenta otra vez con la determinación que le faltaba para poder mirar hacia adelante y acudirá al primer Grand Slam de la temporada como un serio rival a batir.