Nueva temporada, nuevas ilusiones para Angelique Kerber, que fue reina de Australia en 2016 y quiere repetir la hazaña en este año. La alemana llega con buenos encuentros, alcanzando la final de la Copa Hopman junto a Alexander Zverev: "Sé que estoy jugando bien ahora, que he jugado buenos partidos y llegó aquí con mucha confianza", declaró. Además, anexó: "Todavía no es fácil estar aquí. El torneo comienza desde cero. Tengo buenos recuerdos, tengo una buena sensación, pero todavía no se sabe lo que pasará."

El sorteo fue favorable a la alemana, que hará su estreno ante Polona Hercog y no tendría rivales complicados hasta los cuartos de final. Sin embargo, en los Grand Slams todas se potencian y cualquiera puede dar la sorpresa: "La única expectativa que tengo es dar lo mejor de mí en cada uno de los partidos", sentenció Kerber.

En su banco técnico estará su entrenador Rainer Schuettler con quien comenzó a trabajar hace apenas dos meses. El alemán fue finalista del Abierto de Australia en 2003, cayendo sin atenuantes ante Andre Agassi: "Es el primer entrenador que he tenido que también jugó, sabe lo que es estar bajo presión y tener emociones en la cancha. Él entiende mi pensamiento en la cancha, y también es un trabajador duro. Ama el deporte como yo y ambos estamos realmente tratando de hacer nuestro mejor esfuerzo", sostuvo.

En las dos primeras semanas de temporada, la alemana ganó los cuatro encuentros de singles en la Copa Hopman, pero no pudo defender el título en el WTA Premier de Sydney, luego de caer en cuartos de final ante Petra Kvitova. En la previa del Abierto de Australia dijo: "Me siento bastante bien. Lógicamente siento mucha pena por no haber podido defender mi título en Sídney", finalizó.