Tras la victoria, en última instancia, de Roger Federer, de Ashleigh Barty, en el segundo partido del día, y de Sloane Stephens, para dar comienzo la jornada, la ganadora del año 2016, la alemana Angelique Kerber iba a abrir la sesión nocturna sobre la pista de más importancia del complejo australiano de Melbourne Park. La brasileña Beatriz Haddad Maia, la segunda combatiente de la de Bremen que viene en busca de levantar su segundo entorchado en la ciudad de los canguros.

Gran similitud, pero el currículum de Kerber decide el choque

Pese a que el marcador final indicaría un resultado bastante claro y contundente a favor de la ex número uno del mundo, lo acontecido sobre la Rod Laver Arena fue distinto. Desde el principio se dilucidó un choque bastante apretado, con rallies largos, aunque eso sí con un ritmo de bola algo titubeante, pero en donde la mayoría de las veces era Kerber quien se terminaba llevando el punto.

En el primer set, la alemana pronto dio el primer zarpazo y la tenista brasileña, más allá de decaer, se mantuvo firme en la batalla y con el claro propósito de querer darle la vuelta al marcador. La sudamericana salvó al saque un ultra maratoniano juego, pero no pudo con su siguiente envite debido al cansancio del turno de saque anterior y la alemana quebró por segunda vez su servicio para posteriormente hacerse con el primer set.

El guión del segundo set apenas cambió, aunque eso sí se dilucidó algo más de igualdad que en el primero. Ambas tenistas se mostraron solventes con su servicio hasta que en un mínimo traspiés de la brasileña, Kerber hincó el diente para dejar más que encarrilado su triunfo en segunda ronda. Al servicio, la campeona del 2016 certificaba su acceso a la tercera ronda del Open de Australia tras vencer 6-2 y 6-3 a Beatriz Haddad Maia y verse las caras con la tenista local Kimberly Birrel, verdugo de Paula Badosa en primera ronda y de la croata Donna Vekic, vigésimo-novena cabeza de serie, en última instancia.

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