Para lograr un buen resultado en los Grand Slam el factor físico siempre es determinante, y eso lo sabe perfectamente Kei Nishikori. El japonés llegaba a tercera ronda tras haber jugado hasta diez sets en dos encuentros y necesitaba un partido rápido para no seguir acumulando desgaste. En frente tenía al portugués Joao Sousa, que también había necesitado dos quintos sets para llegar hasta aquí. Ya en la pista, el tenista nipón gestionó mucho mejor ese desgaste y logró imponerse en tres mangas (7-6(6), 6-1, 6-2).

Empezaba fuerte Nishikori, rompiendo el saque de su rival en el juego inicial del partido. Pero Sousa no tardaría demasiado en rehacerse y devolver la igualdad al marcador. A partir de ese momento, ningún jugador quiso ceder ni un mínimo de terreno durante el primer set, donde se vieron los mejores momentos de tenis del partido. Tras desaprovechar una bola de break en el undécimo juego, Nishikori se vio abocado al desempate. El tenista nipón necesitó hasta tres puntos de set para sentenciar el tiebreak ante un Sousa muy competitivo y que estuvo a punto de dar la sorpresa momentánea.

Sin embargo, perder esta primera manga por un margen tan estrecho fue un golpe anímico demasiado grande para el jugador portugués. Su resistencia acabó en el cuarto juego del segundo parcial. Nishikori logró encadenar cinco juegos consecutivos para llevarse el set y encarrilar el partido.

El guión no cambió demasiado en el tercer parcial, donde Sousa encajó otras dos roturas de servicio que dejaban un 4-0 a favor de Nishikori. Con el encuentro visto para sentencia, el japonés no necesitó forzar más la máquina y se limitó a mantener sus dos últimos servicios para sellar el triunfo tras poco más de dos horas de juego.

Ya en los octavos de final, su rival será Pablo Carreño. El español protagonizó una gran actuación para doblegar a Fabio Fognini en cuatro sets (6-2, 6-4, 2-6, 6-4) tras dos horas y media de encuentro.