Sin tener que esperar tanto como en su duelo anterior ante la británica Johanna Konta pero con la misma buena actitud que la lleva acompañando durante esta semana, Garbiñe Muguruza disputará por cuarta vez en su carrera los octavos de final del Open de Australia, primer Grand Slam del año. La hispano-venezolana dio buena cuenta de la suiza Timea Bacsinszky por 7-6(5) y 6-2 en una hora y 5 minutos de juego. Muguruza tuvo que sudar en un primer set en el que comenzó por debajo pero una vez con el marcador a su favor, terminó imponiéndose con cierta holgura a la suiza, ex top10 pero que ahora navega lejos de la élite por culpa de las lesiones. 

Más sólida y agresiva Garbiñe, que acabó con 28 golpes ganadores y 37 errores no forzados. Bacsinszky, en cambio, se quedó en 14 winners por 31 errores

Frente a frente, se medían dos tenistas que se conocían a la perfección, cinco encuentros en el circuito, y que, precisamente, hace cuatro años se vieron las caras en este mismo torneo y en la misma ronda. Hoy, al igual que aquel día de 2015, Muguruza volvió a salir vencedora, aunque tuvo que trabajar a fondo para ello. Pese a estar en el dique seco durante todo el año pasado debido a una lesión en la muñeca, Bacsinszky no ha perdido un ápice de su calidad y garra que la convirtieron en una de las jugadoras más difíciles de enfrentar en una pista de tenis. Con su consistencia y variedad desde el fondo de pista, la de Lausana incomodó a Muguruza durante todo el primer set, resuelto a favor de la española en la muerte súbita por 7-5. Pero antes de ello, la bicampeona de Grand Slam se vio 4-2 abajo. Haciendo gala de esa buena actitud que muchas se la hecha en falta, la caraqueña empató con un break en el octavo juego para más tarde apuntarse el primer parcial tras más de una hora de juego. 

Pese a que el segundo set arrancó con intercambio de breaks, a Muguruza se la notaba más suelta y con más capacidad de hacer daño a su rival, especialmente con los segundos servicios de Bacsinszky, donde se llevó el 73% de los puntos. La suiza comenzaba a notar el desgaste, tanto físico como mental, tras llevar mucho tiempo sin competir a este nivel, lo que aprovechó Garbiñe para romper el partido definitivamente con dos roturas consecutivas, pasando del 1-2 en contra al 6-2 final con el que selló su victoria.

Ahora, la decimoctava favorita del cuadro ya espera a la ganadora del Camila Giorgi Karolina Pliskova. Ante una de las dos se jugará el pase a los cuartos de final, su techo hasta ahora en Melbourne, alcanzado en 2017. De ser frente a Pliskova, habría cierto morbo ya que Conchita Martínez, colaboradora de Garbiñe en sus dos títulos de Grand Slam, ahora se encuentra en el equipo técnico de la checa y sería la primera vez que las dos españoles estuvieran en lados opuestos en una pista de tenis. 

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