Pocos contaban con él al inicio del torneo, pero Lucas Pouille será uno de los cuatro semifinalistas del Open de Australia. El francés, que no había ganado todavía ningún partido en este 2019, sumó hoy su quinta victoria en Melbourne tras superar a Milos Raonic en algo más de tres horas de partido (7-6(4), 6-3, 6-7(2), 6-4).

El inicio de partido no invitaba al optimismo por parte de Pouille. Y es que el galo se vio con un marcador adverso de 3-0 en los primeros cinco minutos del encuentro. Teniendo en frente un jugador de las características de Raonic, todo hacía pensar que el primer set ya estaba sentenciado, pero el francés no se dejó intimidar y consiguió darle la vuelta al marcador. Primero llegando al desempate y después llevándoselo por 7-4.

En el segundo set el despiste inicial vino por parte de Raonic. El canadiense cedió su servicio en el cuarto juego, pero esta vez no hubo opción de remontada. Pouille, muy sólido con su saque, mantuvo la renta conseguida y se apuntó también esta segunda manga.

Raonic estaba al borde del precipicio pero supo mantenerse vivo en la tercera manga. Pouille no hizo concesiones con su saque y llegó a disponer de cuatro bolas de rotura en dos juegos, pero no fue capaz de materializar ninguna. Ya en el desempate, Raonic se mostró muy superior ante un Pouille que dio sus primeros síntomas de debilidad en el partido.

El francés tenía margen para reaccionar a pesar de perder el tercer parcial y así lo hizo. Raonic mantuvo su servicio en todo momento, pero cuando servía para igualar a cinco, la presión de Pouille aumentó todavía más y el galo culminó la victoria en su tercer punto de partido.

El último obstáculo para acceder a su primera final de Grand Slam será el más difícil posible: Novak Djokovic. El serbio, además, llegará más fresco al partido después de ver como Kei Nishikori se veía obligado a retirarse en el segundo set del partido de cuartos de final entre ambos (6-1, 4-1 favorable al serbio en ese momento).