La mejor versión de Petra Kvitova estuvo este jueves en el estadio Rod Laver ante la joven estadounidense Danielle Collins, que la venció por 7-6 (2) y 6-0 tras una hora y 36 minutos de partido. La checa se recuperó luego de tocar fondo en diciembre de 2016 cuando fue asaltada y apuñalada en su domicilio y nuevamente vuelve a los primeros planos alcanzando la final del Abierto de Australia 2019.

El arranque del encuentro fue parejo y en los cuatro primeros juegos ninguna rompió el servicio de su oponente, es más, ni siquiera se generaron alguna oportunidad. No obstante, en el quinto game, Collins comenzaba dando la sorpresa, ya que consumaba la primera rotura del partido, pero Kvitova lo recuperaba al instante y volvía a nivelar el parcial 3-3.

A partir de allí, ambas se consolidaron con sus servicios y poco a poco, el tie-break comenzaba a asomarse en el horizonte del set. Ninguna pudo inclinar la balanza en su favor y todo fue al desempate para conocer quien comenzaba adelante en el partido. Al cambio de lado, la checa se fue adelante 5-1 y tenía todo casi decidido. Una derecha ganadora le facilitó todo y se adjudicó el primer set en su favor.

Luego de ese desempate, todo cambió en el partido. El segundo set tuvo muchísimos errores de Collins, que fueron muy bien aprovechados para arrancar de la mejor manera y comenzar a asegurarse su pase a la gran final. Con tres errores no forzados, la estadounidense entregó el primer game para que Kvitova comience a dominar el parcial.

Un nuevo quiebre de la checa la colocaba 3-0 y con un manantial de errores no forzados de la norteamericana, la nacida en Bilovec aumentaba la diferencia. Kvitova siempre estuvo un paso delante de la jugada y con un winner de derecha, la europea se quedó con la manga por un sólido 6-0 para volver a una final de Grand Slam, tras Wimbledon en 2014. Además, buscará ser número uno del mundo por primera vez en su carrera y sólo lo logrará consiguiendo la corona.