Para Monica Puig, el año 2018 fue un año de idas y venidas. Empezó el año en el puesto 57 del ranking WTA y, pese a haber acabado el año en el puesto 43, fue un año completamente desilusionante para ella. Entre ese proceso de escalar catorce posiciones en el ranking, hay que tener en cuenta que llegó a caer hasta el puesto 83 en marzo.
Encadenó cinco torneos, hasta Miami, sin ganar dos partidos seguidos
Pero esto no la excluyó de seguir haciendo pésimas actuaciones contra tenistas muy inferiores a ella y, no fue hasta New Haven, en agosto que encadenó más de dos victorias seguidas, llegando incluso a la semifinal del torneo. Esto parece que le otorgó la dosis de moral extra con la que no había contado en todo el año y provocó que mejorará sus números en el resto de la gira americana y en la gira asiática. Es por ello que acabó remontando tantas posiciones en el ranking.
Pese a la escalada de posiciones, la tenista nacida en Puerto Rico, tuvo un año bastante desilusionante, sin conseguir los objetivos que previamente se había marcado y sin llegar a pelear ningún título. Es por ello, que, tras hacer balance, decidió prescindir de su entrenador y cuerpo técnico y contratar a Kamau Murray, uno de los entrenadores más reconocidos de los últimos años ya que tras empezar entrenando a Taylor Townsend, pasó a entrenar a Sloane Stephens durante tres años, periodo en el cual la ayudó a meterse en el TOP-5 mundial y a ganar un Grand Slam, el US Open de 2017. Sin embargo, tras romper sorprendentemente su vinculación, Monica Puig ha decidido confiar en él para que la lleve a lo más alto.
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Tras hacerse oficial, Monica Puig le daba la bienvenida a través de su cuenta de Twitter personal de la siguiente manera: ‘’Nuevo equipo… ¿quién es este?! ¡Muy emocionada de tener a Kamau Murray en mi esquina! ¡También tengo a mi nuevo entrenador de fitness CJ, el entrenador OG y a mí socio Austin a mi lado que hace este escuadrón aún mejor! ¡Están llegando grandes cosas! #NewBeginnings #Squad #Chicago #XSTennis ’’.