Tras 17 meses de espera, Benoit Paire volverá a disputar una final ATP. El díscolo tenista francés, capaz de lo mejor y también de lo peor en el circuito, doblegó por vez primera en su carrera a su compatriota Jo-Wilfried Tsonga, exnúmero cinco del mundo, por 2-6 6-3 y 6-4 para alcanzar su primera final en el ATP 250 de Marrakech (Marruecos), torneo que se disputa sobre tierra batida y que reparte más de 500.000 euros en premios. 

Pese a servir con sólo un 42% de primeros saques dentro, Paire acabó con mejores números que Tsonga, ganando el 77% de puntos con primero y el 52% con segundo

El encuentro resultó muy trabado y sin que ninguno de los dos jugadoras necesitase de su mejor versión para ponerse por delante en el marcador. En el primer set, Tsonga se benefició de los errores no forzados y de un paupérrimo 32% de primeros saques dentro por parte de un apático Paire, que volvió a hacer gala de su tremenda inestabilidad. En poco más de media hora y tras dos roturas de saque, Tsonga se imponía por un engañoso 6-2 en el primer parcial. Y decimos engañoso porque ni mucho menos el de Le Mans había jugado bien. Simplemente se había aprovechado de la desgana de su rival.

Paire terminó siendo el que pasó a la final

Pero por algo Benoit Paire es imprevisible. Del galo nunca sabes qué esperar y cuando parece que va a entregar la cuchara, se concentra y con su infinito talento, puede remontar un partido sin mucho esfuerzo. También contó con la ayuda de Tsonga, cuyo nivel al servicio descendió de manera alarmante a partir del segundo set. Paire subió algo, tanto su intensidad como su porcentaje de primeros, y se llevó la manga por 6-4. No pudo hacerlo a la primera, puesto que dispuso de 5-2 y doble 'break', pero sí a la segunda, mandando el partido al set definitivo. 

Un set que, al contrario que los dos anteriores, resultó un poco más entretenido y cambiante. Tsonga pareció reencontrarse a sí mismo, ganándose a pulso el primer 'break' en el cuarto juego (3-1). Pero cuando ya estaba viendo la luz al final del túnel, al actual número 116 del mundo se el apagó la misma, permitiendo una gran remontada de su rival, que pasó del 3-1 en contra el 6-3 con el que cerró el choque. A la quinta bola de partido y tras un rifirrafe con el juez de silla, el famoso Mohamed Lahyani, por un saque de Tsonga que él consideró que había sido malo, Paire levantó los brazos al verse cumplido su objetivo, volver a una final ATP año y medio después. 

Y es que desde que cediese ante el alemán Peter Gojowczyk en el torneo de Metz, allá por septiembre de 2017, el de Avignon no había vuelto a luchar por un título en el circuito, que sería el segundo de su carrera, tras el de Bastad en 2015, si finalmente mañana se corona campeón. Pero no lo tendrá nada fácil, ya que su rival será el vigente campeón, el español Pablo Andújar, que viene lanzado tras hacerse también con los títulos Challenger en Valencia y Marbella, respectivamente. En este último derrotó, precisamente, al francés por 4-6 7-6 y 6-4