No por nada la tierra batida es la superficie más lenta del circuito. Para ser competitivo sobre polvo de ladrillo se necesita construir más las jugadas y no tratar de poner siempre un golpe ganador a la línea. En resumidas cuentas, ser paciente, una virtud que no siempre encaja en el juego de la actual número uno del mundo, Naomi Osaka. La tenista nipona pasó hoy una dura prueba a nivel mental y físico para acceder a los octavos de final del WTA Premier Mandatory de Madrid. En el segundo turno de la pista Arantxa Sánchez Vicario y tras más de dos horas y media de intensa batalla, Osaka inclinó la gran resistencia planteada por la castellonense Sara Sorribes Tormo, 73 del mundo y última española superviviente en el cuadro final del torneo, a la que venció por 7-6(5) 3-6 y 6-0. Sorribes logró neutralizar la temible pegada de Osaka durante los dos primeros sets, sin embargo, en el último la nipona puso una marcha más para terminar endosando un duro castigo a la española.
46 golpes ganadores pero también 47 errores no forzados para Osaka en el día de hoy. Sorribes, en cambio, se quedó en ocho winners y 17 errores
Es evidente que la número uno del mundo cuenta con un envidiable arsenal de golpes con los que desbordar a sus rivales. El problema viene cuando pierdes la confianza y enfrente tienes a una rival experta sobre arcilla y experta en poner siempre una bola más. Así logró Sorribs maniatar a la japonesa durante más de dos horas de juego. La valenciana ejecutó a la perfección sus golpes liftados y complicó en demasía la vida a una Osaka impaciente, queriendo ganar el punto casi siempre a la primera, lo que le ocasionaba fallar más de la cuenta.
Pese a todo, el encuentro siempre estuvo bajo control de la número uno del mundo, que se llevó el primer set en una hora y cuarto de juego por un ajustado 7-5 en el desempate. Antes, ya había dispuesto de dos ventajas con 2-1 y 4-3 arriba para finiquitarlo más temprano. Poco le importó a la bicampeona de Grand Slam ceder el segundo parcial por 6-3 y tras desperdiciar otra vez una ventaja inicial de 2-0. En el set definitivo, Osaka puso un par de marchas más que tenía guardadas por si la cosa, como al final ocurrió, llegaba a ponerse fea.
La japonesa desplegó todo su potencial y no tuvo piedad de una Sorribes que había realizado un excelente encuentro hasta ese momento pero que al final no pudo contener el mayor talento que su rival atesora en su raqueta. Con una auténtica exhibición con su derecha, Osaka desbordó a la española para terminar el partido con un rosco que dejaba bien a las claras su superioridad cuando se pone seria de verdad. El problema es que la nipona no siempre va a tener la oportunidad de reaccionar de forma tan brillante como lo ha hecho hoy, donde ha jugado con fuego y se ha salvado por poco de la quema. Su siguiente rival, la bielorrusa Aliaksandra Sasnovich, de 25 años y número 33 del mundo, será otra buena piedra de toque para calibrar las aspiraciones reales de Osaka de salir campeona en el Mutua Madrid Open.
Con la derrota de Sorribes, se pone fin a una pobre participación del tenis femenino nacional en el torneo de casa, sin que ninguna de las cuatro jugadoras que iniciaron su andadura en la fase final (Carla Suárez, Garbiñe Muguruza, Lara Arruabarrena y la citada Sara Sorribes) hayan conseguido acceder al menos hasta la tercera ronda del cuadro individual.