Rafa Nadal comenzó su camino al duodécimo título en parís con éxito y sin sobresaltos. El balear que se siente en la Philippe Chatrier como en su casa se impuso cómodamente a un tímido Hanfmann. El alemán que provenía de la fase previa, y que, además debutaba en el cuadro principal de Roland Garros poco pudo hacer ante la superioridad mostrada por Nadal. A Rafa le bastó con ir a medio gas para conseguir el triunfo en tres sets.

 

Durante el primer juego del partido parecía que el partido podría estar igualado. Hanfmann dispuso de tres bolas de rotura. A partir de ahí, sea por la evidente superioridad de juego de Nadal, o que este se pudo serio, se acabó la hipotética igualad. Nadal rompía en el siguiente juego, y ganaba sus saques sin problemas. El manacorí volvió a romper en el último juego del set para poner el 6-2.

 

Más desigual aún fue el segundo set. Nadal conseguía la rotura, de nuevo, en el segundo juego. Con el saque del balear, solo en una ocasión hanfmann conseguió al menos el 30-30. A destacar fue que el alemán no relajaba sus saques, pero no conseguía hacer daño a Nadal. El actual campeón de Roland Garros “volaba” sobre la pista y en media hora puso el 6-1 en la segunda manga.

 

El tercer set fue uno de los momentos típicos de calma que hay en los partidos al mejor de cinco sets. Nadal, con la victoria prácticamente en el bolsillo, pudo relajarse. Rompió para poner el 2-1, confirmo el break en el juego siguiente, y a partir de ahí se dedicó a mantener su saque con el mínimo desgaste posible. Nadal volvió a romper el saque de Hanfmann en el último juego del partido para poner el 6-3 final.

 

Tras esta cómoda victoria, se podría decir que Nadal se comienza a asentar en París. Aunque el rival no le exigió demasiado, el balear jugó de manera sublime. El jueves jugará su partido de segunda ronda ante otro jugador clasificasdo en la ronda previa, el alemán Yannick Maden, número 114 del mundo. Otro partido a priori asequible para Nadal.

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