Partido muy complicado para Naomi Osaka, que no le encontraba la vuelta al partido y su derrota estaba casi decretada. Sin embargo, elevó su nivel tenístico y venció a Victoria Azarenka por 4-6, 7-5 y 6-3 en dos horas y 52 minutos de partido, metiéndose en la tercera rueda de Roland Garros.

El comienzo del partido fue un monólogo de Azarenka, que puso contra las cuerdas a la japonesa y la obligó a jugar varios metros atrás en la cancha. La bielorrusa concretó el primer quiebre en el compás inicial y repitió la secuencia para ponerse 4-0 en el marcador. Todo parecía bastante sentenciado para la oriunda de Minsk, pero la nipona, fiel a su estilo, siguió presionando en busca de la recuperación.

Con el primer episodio prácticamente cumplido, Osaka recuperó uno de los quiebres, pero aún se seguía encontrando por debajo en el marcador. Azarenka supo que ese instante era el de la remontada y se apresuró a cerrar el parcial. En su tercera pelota, la europea puso cifras definitivas al primer capítulo del encuentro.

Para la segunda manga, a ambas se les hizo complicado ser eficaces con sus servicios y pasaron apuros cuando tuvieron que sacar. Las dos tuvieron oportunidades de romper el saque de su adversaria y Azarenka fue la primera en concretarlo, poniendo el marcador 3-2 en su favor. No obstante, el arduo trabajo de la japonesa tuvo sus frutos y logró poner la paridad 4-4.

Los compases finales fueron todo de la asiática, que aprovechó el momento para arrasar ante la vulnerabilidad de Vika. En el último juego, con el saque de la bielorrusa, Osaka tuvo cuatro set points y, en la última chance, la japonesa forzó el tercer episodio para no caer en las primeras de cambio.

En el último set todo fue de la número uno del escalafón, que manejó las acciones a su gusto y se dio el lujo de jugar mucho más cómoda y con la confianza necesaria para ir asegurándose el encuentro. La japonesa tomó el saque de Azarenka en el cuarto compás y repitió la tónica en el sexto para ponerse 5-1 y servicio, con el fin de quedarse con la victoria.

Los nervios le jugaron una mala pasada y no pudo concretar el primer match point que tuvo; acto seguido, entregó el servicio, pero aún conservaba una ventaja cómoda. Cuando fue el momento de volver a sacar para el encuentro, afrontó un break point en contra, que levantó con pura maestría y dispuso de dos pelotas para partido, cerrando las acciones en la segunda chance.