Aunque se esté jugando bien, en un torneo grande como Roland Garros, la caída en el ranking puede penalizar con el hecho de tener que medirse a las mejores más pronto de lo deseable. Eso es lo que le ha sucedido a Garbiñe Muguruza. La española, actual número 19 del mundo, no realizó un mal encuentro, ni mucho menos, pero terminó claudicando ante la vigente finalista del cuadro femenino, la estadounidense Sloane Stephens, por un marcador de 6-4 y 6-3 despidiéndose, de esta manera, en los octavos de final del torneo que la vio ganar en 2016. La inteligencia táctica de Stephens, unido a su conocido contragolpe, uno de los mejores del mundo, fueron demasiado para una Muguruza que sólo se mostró superior en el tramo inicial del choque, justo hasta que la estadounidense despertó para mostrar todas las variantes de su juego, que no son pocas.

20 golpes ganadores por 25 errores para Stephens. Muguruza, por su parte, se quedó con 19 y 28, respectivamente

Quizá por la excesiva dureza de su encuentro anterior ante la eslovena Polona Hercog, Stephens saltó a la pista central demasiado parada de piernas, lo que aprovechó Muguruza para comenzar con un prometedor 2-0 de inicio. La caraqueña se encontraba muy cómoda y sus golpes fluían con facilidad. El problema es que no terminó de rematar a una Stephens que supo tirar de oficio para mantenerse a un 'break' de distancia tras salvar cinco pelotas que hubieran supuesto el doble 'break' para Muguruza. Fue justo después del primer descanso del partido, cuando la estadounidense comenzó a entrar en calor. Con su excelente movilidad ya en su punto, Stephens tendió una trampa tras otra a Muguruza, que pasó de un 3-1 a su favor, a verse 5-3 en contra. La española lograría recuperar el 'break', pero sería para volver a cederlo de manera inmediata en el décimo juego, en blanco y que supuso la pérdida del primer parcial por 6-4

En pocos instantes, Muguruza había pasado de encontrar con facilidad los golpes ganadores, a tener casi imposible ganar un sólo punto. Cuando Sloane Stephens se pone a correr de lado a lado se convierte en una jugadora capaz de anular a cualquier rival. Además, esto no quiere decir que abandone la agresividad. Al contrario, otra de sus virtudes son sus transiciones defensa-ataque en cuestión de segundos. Todo esto hizo imposible la remontada de Muguruza que, a diferencia de otras veces, no se puede reprochar nada a sí misma. Simplemente, su rival, hoy en día, es mejor que ella, así de claro. La española vendió cara su piel al salvar hasta cuatro bolas de partido. Sin embargo, en la quinta y tras conectar un saque directo en 'break point', Stephens logró su propósito de avanzar a la siguiente ronda (6-3), con la plena confianza de saberse superior si mantiene su mejor nivel. 

La séptima mejor jugadora del mundo buscará sus segundas semifinales consecutivas en la arcilla parisina ante la británica Johanna Konta, cabeza de serie número 26, y que, hasta este año, no había ganado ni un sólo encuentro en este torneo. Ambas se midieron recientemente en el Premier 5 de Roma, con victoria con remontada incluida para Konta, en clara mejoría en su juego, por 6-7(3), 6-4 y 6-1