La segunda semana de Wimbledon empezó de la misma forma que acabó la primera para Kei Nishikori. Tras no ceder ni un solo set en las tres primeras rondas, el japonés superó en los octavos de final a Mikhail Kukushkin (6-3, 3-6, 6-3 y 6-4) tras dos horas y 46 minutos de partido. Aunque el kazajo fue capaz de arañarle un set, la regularidad del nipón acabaron decantando el resultado a su favor.

Ambos jugadores empezaron con buenos números al resto, poniendo en aprietos la mayoría de turnos de saque del rival, pero solo Nishikori fue capaz de lograr la rotura. El japonés convirtió la segunda oportunidad que tuvo en el cuarto juego, y a continuación confirmó el break que le acabaría dando la primera manga.

En el segundo set los papeles se invirtieron. Nuevamente ambos tuvieron sus opciones para cobrar ventaja, pero esta vez el más acertado fue Kukushkin, que logró la rotura en el octavo juego para cerrar después el set, salvando antes dos puntos de break que hubieran devuelto la igualdad al marcador.

El tercer set se antojaba determinante y ninguno de los dos tenistas quería ceder terreno respecto al rival. Los saques se impusieron en este tramo del partido, pero en el momento clave fue Nishikori quien tiró de galones para volver a recuperar la ventaja. Se colocó con 5-3 y luego no perdonó con su saque para ponerse a tan solo un set de los cuartos de final.

El inicio del cuarto parcial fue de locos, con cinco roturas de saque en los cinco primeros juegos. Sin embargo, tres de ellas fueron a favor de Nishikori, que después consiguió amarrar la ventaja para dejar finiquitado el encuentro. De ahí al final, el japonés ya no dio opciones a su rival y puso el punto y final con la segunda bola de partido.

En cuartos de final ya le espera Roger Federer. El suizo una hora y 15 minutos para ganar su partido de octavos ante el italiano Matteo Berrettini (6-1, 6-2 y 6-2).