Fue entretenido, pese al resultado amplio. El serbio Novak Djokovic dominó de principio a fin. Perdió solo dos juegos en los dos primeros sets. Hubo un poco más de pelea en el tercer parcial. Fue entonces cuando “Nole” perdió su servicio una vez, pero aún tenía el control total de la cancha, no aflojó hasta el triunfo final, concretado tras una hora y 38 minutos.

Su siguiente rival es el lituano Ricardas Berankis (66° ATP), quien también festejó una victoria sin muchos problemas por 6-1 6-4 6-4 sobre el boliviano Hugo Dellien (104°).

Djokovic, con toda su experiencia saltó al campo a regular el ritmo, aunque sin subestimar al adversario. Varió y probó varias estrategias. Exageró, ensayando con los drop shot, tiros que repitió en 25 oportunidades durante el partido. Casi todos fueron efectivos, además sirvieron para desgastar constantemente el andar físico de un tímido rival, que comenzó a alcanzar algunas de esas bolas, recién al inicio del segundo set.

Quizás, la única incomodidad que tuvo Djokovic fue el grito de un aficionado, alentando al contrario, cuando devolvió mal una pelota. Clavó la mirada hacia la platea y luego de cerrar el game, hizo gestos con dedicatoria  a esa persona, que lo había fastidiado un instante.

“Realmente disfruté  en la cancha. Creo que jugué muy bien. Algunos contratiempos, pero creo que, en general, el juego está ahí. Estoy preparado física, mental y emocionalmente para profundizar en el torneo. Ojalá pueda tener otro año exitoso aquí en París”, dijo Djokovic en conferencia de prensa.

Asustado

El sueco Mikael Ymer, de 22 años, entró asustado. Su rostro lo delató a simple vista, incluso antes de realizar el calentamiento en el estadio Philippe-Chatrier. Le pesaban las piernas. Tenía la misión de lidiar con sus nervios y la enorme categoría del rival. No era para menos, enfrentaba al número uno del mundo, además uno de los serios candidatos a quedarse con título del célebre Grand Slam parisino. Dobles faltas seguidas adelantaban un duelo de poca resistencia.

Ymer tardó en hacer pie en la cancha, con algo de movilidad, respondió dando golpes interesantes. Por lo menos, se quedó con el mejor punto del partido. En la segunda manga, concretó efectivamente una devolución de espaldas (Tweener), respondiendo a un globo desde el fondo con espectacularidad.

La acción levantó el ánimo, desató aplausos y motivó el reconocimiento del propio “Nole”.

Ymer peleó como pudo, con lo que tuvo. Perdió el partido, pero ganó experiencia. La diferencia entre uno y otro fue abismal.