Costó lo suyo, pero al final logró su más que merecida recompensa. Paula Badosa consiguió acceder a los octavos de final de Roland Garros y firmar así su mejor marca en un Grand Slam. La española, que en segunda ronda se deshizo en tres durísimos sets de la campeona del US Open 2017, Sloane Stephens, buscaba una segunda machada consecutiva que finalmente logró a base de tenacidad y brillantez.

Una jugadora que se dio a conocer en el año 2015, cuando gracias a una Wild Card llegó hasta octavos de final del torneo de Miami, momento en el que cayó con la checa Karolina Pliskova, que aquí en París ha sido derrotada precisamente contra la verdugo que la tenista española ha doblegado en esta tercera ronda, la letona Jelena Ostapenko, campeona sobre la Philippe Chatrier en el año 2017.

Desde entonces, Paula Badosa vivió un continuo calvario constante de más sombras que luces. Todo ello sumado a problemas físicos y lesiones que la impedían progresar. La española no se rindió y siguió luchando hasta lograr la regularidad y felicidad en la que actualmente se encuentra. Ella misma lo admitió en rueda de prensa tras vencer a Ostapenko: "Cuando logras la felicidad fuera de la pista, dentro de ella se nota". Y vaya si se nota.

Paula interpretó a las mil maravillas el guión del partido

Jelena Ostapenko es una de las tenistas más impredecibles del circuito WTA. Posee grandísimos golpes, pero es muy frágil mentalmente. Un día te da una de cal y al otro una de arena. Derrotó, sorprendentemente (o no), a Karolina Pliskova en segunda ronda. Su siguiente rival, Paula Badosa. Se las prometía felices la letona, pero iba a caer en una trampa de la que no conseguiría escapar.

Frente Ostapenko, se requiere tener la cabeza fría en todo momento, además de ser consistente y encontrar la solidez y sobre todo rezar para que a Ostapenko le salga la cruz en la moneda. Si se consiguen todos esos factores, es más que probable que se consiga el objetivo. La española, en un acto más que inteligente de interpretación, sacó de quicio a la campeona del año 2017 que se vio incapaz de encontrar soluciones.

Paula Badosa | Foto: WTA
Paula Badosa | Foto: WTA

Sin embargo, los primeros compases del partido auguraban algo totalmente diferente, pero como bien es dicho: no es como empieza, si no como acaba. Tras un inicio fulgurante por parte de Ostapenko donde apenas concedió opciones a la española, comenzaron a fundirse los plomos en la cabeza de la letona.

Diversos errores y dobles faltas, por escasos milímetros eso sí, además del buen hacer de Paula, hicieron mella en la jugadora letona que constantemente comenzó a pedir explicaciones a su banquillo además de pedir al árbitro que bajase de la silla a revisar los errores. Se veía a una Ostapenko muy incómoda, lo contrario a lo que se observó al principio, y eso comenzó a dar sus frutos a Paula que poco a poco, piano piano, iba comiendo terreno a una Jelena Ostapenko que se dio cuenta de que su rival no iba en broma.

La desesperación de Ostapenko | Foto: Getty Images
La desesperación de Ostapenko | Foto: Getty Images

Tras conseguir el segundo break en su haber, Paula Badosa se situó con servicio propio para adjudicarse el primer set. No sin antes sufrir, pues tuvo que salvar una pelota de break, la residente en la Costa Brava española se apuntaba el primer parcial tras un error al resto de Ostapenko en lo que era la cuarta pelota de set. El primer pasito estaba dado.

Paula estaba logrando lo que requería el partido: desquiciar a Ostapenko, fundir los plomos de su cabeza, cortocircuitar los cables de su tenis. El guión se mantuvo durante todo el segundo set. Badosa mantuvo la serenidad y la compostura además de la concentración. No fallaba, obligaba a la letona a mantenerse en la línea de fondo con bolas muy profundas buscando su error. Luchaba cuando la campeona de Grand Slam la exigía. Los gritos y la desesperación de Ostapenko eran latentes.

La española se colocó con doble break a favor que inmediatamente se redujo a uno. Ostapenko seguía luchando, no quería despedirse de Roland Garros pese a estar sumando la treintena de errores no forzados, que al término del partido se conviertieron en más de 40.

Las lágrimas de Paula al término del encuentro | Foto: Getty Images
Las lágrimas de Paula al término del encuentro | Foto: Getty Images

Una bola al pasillo de dobles entregaba en bandeja de plata el triunfo a Paula Badosa y su pasaporte hacia los octavos de final de Roland Garros 2020. La española, con lágrimas en los ojos, y no es para menos, buscará una plaza en cuartos de final enfrentándose a la alemana Laura Siegemund que derrotó a la favorita número 31 del cuadro, la croata Petra Martic.

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