Iga Swiatek hizo historia en Roland Garros al convertirse en la primera jugadora polaca en ganar un título de Grand Slam. Aunque la joven de 19 años siempre tuvo grandes sueños, ganar el título en Roland Garros le ha costado bastante tiempo. “Básicamente, estuve en estado de shock durante los siguientes tres días. No podría decir mis emociones, porque ni siquiera yo las entiendía”, confesó Swiatek a la BBC.

Ingresó a Roland Garros con el ranking 54 y terminó como la campeona con el ranking más bajo en la historia del “Major” de París. También se convirtió en la segunda jugadora no cabeza de serie, desde Jelena Ostapenko, hace tres años, en ganar la corona. Jugando inteligentemente y golpeando con confianza, Swiatek arrasó con la competencia. No perdió más de cinco juegos en ninguno de sus siete partidos, incluida la final en la que venció a la campeona del Abierto de Australia, la estadounidense Sofia Kenin, por 6-4, 6-1.

Una locura

La tenista polaca sigue tratando de digerir su éxito, al que trata de acostumbrarse y volver a la vida normal.

“Es una locura aquí. Siento que mi vida cambió por completo y estoy tratando de acostumbrarme a eso. Dejé una Polonia diferente a la que volví, porque ahora mismo soy popular”, agregó. Cuando se le preguntó si le gustaría convivir constantemente con la fama, la campeona dijo: “Ahora mismo es bastante abrumador. En realidad es una de las cosas por las que trabajé, y realmente agradecería si pudiera tener alguna influencia en el tenis en Polonia”.

Los cuatro “Grandes”

Swiatek, campeona Junior de Wimbledon hace solo dos años, atribuye su disciplina y éxito a las enseñanzas de su padre Tomasz, quien representó a Polonia en remo durante los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988. “Siempre quise ganar los cuatro Grand Slams y tener una medalla olímpica. Siempre pensé en ello como un sueño. Cuando gané el Abierto de Francia, dejó de ser tan distante para mí”, se sinceró.