La polaca Iga Swiatek, séptima cabeza de serie, está en la segunda semana de un Grand Slam por sexta vez consecutiva. No es suerte, ni casualidad, ya que logró vencer tras 1 hora y 34 minutos con un juego consistente, contundente y disciplinado por 6-2 6-3, a la rusa Daria Kasatkina. La campeona de Roland Garros 2020 irá por un lugar en los cuartos de final del Abierto de Australia frente a la rumana Sorana Cirstea.

Swiatek concretó 24 tiros ganadores y quebró el servicio de Kasatkina dos veces en cada set para superar el ritmo en el Margaret Court Arena. Interrumpió tácticamente a Kasatkina, quien no pudo usar mucho su golpe de derecha con efecto.

Hubo ocho juegos que terminaron con al menos un deuce. Swiatek ganó los cinco en el primer set y dos, de tres en el segundo. También convirtió cuatro, de ocho puntos de quiebre, mientras salvó ocho, de nueve en contra. En consecuencia, la polaca tuvo un control férreo del marcador.

“Fue un partido realmente intenso. Siento que estoy jugando cada vez mejor en cada partido, así que eso es positivo. Quiero tener algunos torneos en los que realmente voy a hacer algo más grande que la cuarta ronda”, dijo la joven ganadora, de 20 años.

Golpazo de Cirstea

Sorana Cirstea Foto @AustralianOpen
Sorana Cirstea Foto @AustralianOpen

Luchó, sorprendió, precisó tres sets y una hora con 43 minutos para festejar una resonante victoria. La rumana Sorana Cirstea, 38 del ranking, dio un golpe de autoridad en el Major australiano y despachó a la décima sembrada, la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, por 6-3 2-6 y 6-3, para anotarse en los octavos de final por segunda vez en su carrera.

Cirstea, de 31 años, y Pavlyuchenkova, de 30, se han enfrentando desde junior, aunque este fue su primer encuentro en un “Grande”.

Hubo cinco quiebres de servicio en los primeros seis juegos, pero Cirstea fue la primera en encontrar una forma consistente.

Pavlyuchenkova, quien se impuso en el segundo set y forzó la definición hasta un tercero, cometió doble falta dos veces en el punto de quiebre decisivo. La rusa terminó el partido con 31 errores no forzados, frente a 22 ganadores, mientras que Cirstea mantuvo un rumbo más cerrado, con 15 ganadores y 17 errores no forzados.

“Ciertamente, me sentí maravillosa y apoyada. Es bueno estar de vuelta en los octavos de final de un torneo de Grand Slam. No estoy muy atenta a las estadísticas, no me importa mucho. Trato de concentrarme en lo que tengo que hacer en el campo, como si fuera la primera ronda”, dijo Cirstea.