Carlos Alcaraz y Jannik Sinner han ofrecido durante parte de la madrugada y primeras horas de la mañana europea una auténtica lucha punto a punto. Alcaraz fue capaz de remontar y se impuso por 6-3 6-7 6-7 7-5 6-3, logrando el pase a las semifinales del Grand Slam neoyorkino en el que sin duda ha sido el mejor encuentro de ambos sin duda alguna.

El ambiente minutos antes del inicio del encuentro ya deparaba que algo muy bonito estaba por pasar, y tal vez por ello al inicio del primer set Sinner acusó dichos nervios, con un juego bastante malo a decir verdad, cometiendo tres dobles faltas y cediendo ‘gratis’ su servicio. Afortunadamente para el espectáculo, fue puro espejismo. Pronto engranó su servicio y se establecieron puntos realmente emocionantes desde el fondo de la pista. Recuperó la desventaja, aunque Alcaraz sacó su magia a relucir imponiendo su nivel dominando con el drive, forzando errores del italiano y teniendo una ventaja se cerró con otra rotura, finiquitando el primer set con un brillante resto demostrando de lo que es capaz de hacer.

Pero Sinner también estaba al otro lado de la red y también quiso disfrutar. El nivel de juego aumentó en el segundo set con ambos tenistas desplegando una gran velocidad de piernas y un repertorio de golpes que no parecía ser real. El italiano sufrió al inicio, pero sacó a su favor un 0-30 en su contra saliendo bastante reforzado moralmente, hasta el punto de romper el servicio del español acto seguido. No se dio por vencido y fue capaz de, 3-5 abajo, hacer un gran punto que marcó un punto de inflexión en ese set.

Se desató completamente y estuvo a un nivel que ningún rival podría seguir su juego, realizando golpes imposibles, situándose con 6-5 y 0-40. Sinner salvó la situación pero el murciano tuvo otra nueva ventaja, que inexplicablemente dessperdició en la red. Ese error fue un duro golpe del que rehacerse y Carlos luchó hasta el final el tie-break y dispuso de otra bola de set, pero el saque del italiano fue clave para equilibrar el marcador.

Un tenista cualquiera se habría rendido, y los peores presagios para el murciano se confirmaban nada más iniciar el cuarto set, encajando un break que casi le acercaba al abismo y a decir adiós a un gran torneo. Pero como sólo  Alcaraz sabe, buscó aferrarse a más no poder al encuentro y, encontró su oportunidad. Pese a encontrar a un Sinner desencadenado, equilibró el marcador del set en un sexto juego brillante, al romper en blanco el saque del italiano. Nadie, ni tan siquiera su palco, esperaba una respuesta tan contundente del italiano, que lejos de adrementarse, devolvió en blanco la rotura y se situaba a sólo dos juegos de la victoria.

Alcaraz perdió los nervios por completo, mandando una pelota casi fuera del estadio y recriminándose que no sabía sacar. Acto seguido, el murciano hizo un juego difícil de describir, para bien, restando para seguir en el duelo, salvando un match point y volando los dos siguientes juegos, llevando el duelo al quinto set, el no va más, pero realmente donde debía acabar un encuentro de dicho calibre.

Todo o nada a sólo un set

La gloria estaba al alcance de uno de los tenistas, en el último set, ya bien entrada la madrugada estadounidense y de buena mañana en Europa. Sólo podía quedar uno, y parecía que al inicio de la batalla final se firmó un pequeño pacto de no agresión, ya que las hostilidades no se desataron hasta el cuarto juego, en el que Carlitos cometió un carrusel de errores no forzados que le condenaba a ir a remolque una vez más. Pero Alcaraz volvió una vez más haciéndose de notar en la pista equilibrando el encuentro de nuevo, tras otro juego exquisito  al resto.

Carlos mantuvo su saque y se lanzó a por todas en el octavo juego, llevando el duelo al definitivo tie-break, cerrando con una solvencia que parece impropia de su edad. Carlos Alcaraz se mete en los cuatro mejores del torneo y por lo tanto mantiene sus opciones por ser el número uno, tras imponerse al italiano en un duelo que será difícil de olvidar por la lucha que ofrecieron ambos en la pista, y que hace relajarnos cuando los actuales números uno como Federer, Nadal o Djokovic se retiren, porque queda más que claro que el tenis tiene futuro.