Festival de tenis helvético sobre la pista central del abierto estadounidense. Frente a frente dos tenistas suizos, el número dos del mundo (Roger Federer) y el cinco (Stan Wawrinka), con un balance de 16 triunfos y tres derrotas para el primero, pero con las espadas en todo lo alto en busca de la ansiada final.

Federer llegaba hasta estas semifinales después de deshacerse de Leonardo Mayer en primera ronda, de Steve Darcis en segunda, de Philipp Kohlschreiber en tercera, del ídolo local John Isner en octavos y de Richard Gasquet en cuartos, con una eficiencia incontestable y mostrando un tenis exquisito, que le lleva acompañando durante toda esta fase final de la temporada. Delante un Wawrinka que había tenido que sufrir algo más para ganar primero a Albert Ramos, después a Hyeon Chung, en tercera ronda a Ruben Bemelmans, en octavos a Donald Young y en cuartos a Kevin Anderson.

Roger se impuso demostrando su buen hacer al servicio, su inteligencia al resto y aprovechando a las mil maravillas los errores del rival.

Un break que vale por un set

El encuentro comenzó bien para un tenista, el de Basilea, que había visto la facilidad de Novak Djokovic para ganar su semifinal ante el croata Marin Cilic por (6-0, 6-1 y 6-2) y no quería ser menos. En el tercer juego de la primera manga, el recientemente ganador del Masters 1000 de Cincinnati, rompía el servicio de su compatriota, y ponía el 2-1 en el marcador, y posteriormente el 3-1, confirmando el break con su servicio.

Federer se adjudicó la primera manga, por 6-4, en 35 minutos de juego

Wawrinka lo intentaba y ponía, en el sexto juego, el 15-40 pero el número dos del ránking ATP tiraba de tres puntos tremendos y un gran ace para salvar los muebles colocándose con 4-2 en el marcador. El partido era de una calidad tremenda y avanzaba ante las delicias de un público que disfrutaba con la manera de jugar de ambos contendientes, algo más con la de Roger, pero sin desmerecer a Stan.

El número cinco del mundo seguía intentándolo pero su paupérrimo porcentaje de primeros saques (un 39%, 11 de 28), unido a los errores no forzados, un total de 12 iban a dar el primer parcial a un Roger Federer al que un "simple" break en apenas 35 minutos de juego le había servido para subir el primer escalón, rumbo a su séptima final de US Open.

Federer no quiere problemas

Parecía que Stan había aprendido de los errores del primer set y no quería verse sorprendido por el depredador Federer, pero nada más lejos de la realidad. En el séptimo juego y con servicio para el cinco del mundo, cuatro fallos consecutivos volvieron a servir en bandeja el break a un tenista, el de Basilea, que se colocaba con 4-3 y servicio en la segunda manga.

Wawrinka no sabía por donde meter mano a su rival y perdía el segundo parcial por 6-3

Los errores no forzados seguían cayendo y Wawrinka sumaba ya nueve en este segundo set para un total de 21 en el partido por los 11 de su rival. No solo iba a conservar su servicio sin ningún tipo de apuros el residente en Bottmingen sino que a renglón seguido y de nuevo ante el nefasto parcial de su contrincante iba a volver a romper el saque consiguiendo un segundo break consecutivo y se iba a apuntar el segundo set por 6-3 en 31 minutos de juego.

El de Lausanna acusó el cansancio de 15 días duros de competición y se fue pronto del partido ante un rival que actuaba como un muro, aprovechaba la indecisión y los errores del rival y quería cerrar cuanto antes el partido sin tener ningún tipo de problema.

Un tercer set con poca historia

Poca historia más tuvo el tercer set y el partido. El reciente ganador en Cincinnati, muy por delante en el marcador, jugaba con la ansiedad de un Wawrinka que no era capaz de ganar un peloteo más o menos largo. Gracias a esto, el 17 veces ganador de un "Grand Slam" se convertía en gigante a ojos de su rival y volvía a conseguir un break con su pertinente confirmación para el 4-1, en menos de 15 minutos.

Federer disputará su séptima final de US Open y buscará su 18º Grand Slam

A partir de ahí, coser y cantar para el dos del mundo que se apuntó también la tercera manga con un cómodo 6-1 y el partido (6-4, 6-3, 6-1) en una hora y 32 minutos. Se esperaba mucho de esta semifinal pero Roger, en un estado físico y de juego envidiable, resolvió por la vía rápida y con una clase digna del mejor jugador de todos los tiempos, en lo que al deporte de la raqueta se refiere, un encuentro más nivelado a priori de lo que se vio sobre la pista.

Federer se medirá, en su séptima final en el US Open, al serbio Novak Djokovic, buscará su sexto abierto estadounidense, seguir ampliando su número de “Grand Slam”, que se podrían ir a 18 y continuar haciendo historia demostrando que a sus 34 años aún tiene gas para estar al mejor nivel durante mucho tiempo.

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Sobre el autor
Alvar Salvador
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Colaborador en Es Radio Valladolid.