Si ayer Rafa Nadal fue el encargado de inaugurar el nuevo techo retráctil de la Arthur Ashe, hoy le ha tocado al considerado por muchos como el gran favorito para llevarse el último Grand Slam de la temporada, el escocés Andy Murray, el privilegio de jugar por primera vez con el techo cubierto de la pista central de Flushing Meadows. El nº2 del mundo venció sin muchos problemas al español Marcel Granollers, que mantuvo el tipo durante el primer y el tercer set pero que no dio nunca la sensación de inquietar al británico.

Números aceptables pero no espectaculares del escocés: 34 winners y 28 errores no forzados​Quizá intimidado por el imponente escenario o por el nivel de su rival, pero lo cierto es que Marcel comenzó dando demasiadas concesiones a un Murray que tampoco mostró su mejor versión en el inicio del partido. Aún así, al escocés le bastó para llegar a sacar con 5-3 para hacerse con el primer parcial. Ahí apareció la mejor versión del jugador español que gracias a su habilidad en la red, salvó varias bolas de set y terminó quebrando el servicio del de Dunblane

La reacción de Murray no se hizo esperar y en el siguiente juego buscó cerrar un set que aparentemente tenía controlado. Granollers pudo salvar otras dos bolas de set pero en la siguiente un gran passing shot marca de la casa por parte de Murray acababa con la resistencia del catalán tras 67 minutos de juego. 

Murray mantiene el control

El segundo set fue más sencillo para Murray. Tras salvar dos break points en el tercer juego, el escocés se puso serio y encadenó cuatro juegos seguidos cerrando el segundo set con un saque directo por un claro 6-1.

Murray se verá las caras con el ganador del choque entre el francés Gilles Simon y el italiano Paolo Lorenzi Granollers recuperó su intensidad en el tercer y a la postre definitivo set. Con un buen porcentaje de primeros servicios, el español consiguió mandar hasta el 4-3 pero una vez más Murray apretó cuando quiso y se llevó los siguientes tres juegos de manera consecutiva para cerrar el encuentro con otro 6-4.

De esta manera, el flamante oro olímpico sigue mostrando una superioridad evidente frente a sus rivales, incluso cuando como es el caso de hoy no muestra todo su potencial.