Son jugadoras que ilusionan, que tienen algo especial y desprenden un aura ganador y una simpatía que les hace conectar con el aficionado. Antagónicas en el estilo de juego, en la apariencia física e incluso en la edad, Wozniacki y Vinci comparten un objetivo común, como es el de recuperar el nivel que mostraron en Flushing Meadows en años anteriores. A partir de ahora, también comparten una realidad, como es el hecho de ser octavofinalistas en el US Open 2016 y sus aspiraciones son aún mayores.

Vinci sufrió más de lo previsible

Nada podía presagiar tras la primera media hora de partido, que Roberta Vinci tuviera que recurrir al tercer set y estar más de dos horas en la pista para lograr su clasificación. Y es que la vigente finalista del US Open comenzó absolutamente desatada el encuentro, manejando a la perfección los cambios de altura y ritmo a los que acostumbra y sacando de su zona de confort a Withoeft.

Roberta Vinci en US Open 2016. Foto: zimbio
Roberta Vinci en US Open 2016. Foto: zimbio

La alemana se veía impotente ante el despliegue técnico y táctico de la de Taranto y mucho más después de perder el primer juego al saque en la segunda manga. Todo cambió en un abrir de ojos, con una estrategia más pausada de la alemana que buscó la red sin precipitarse en sus golpes de fondo.

Se adjudicó la segunda manga y obligó a Roberta Vinci a ponerse el mono de trabajo para sacar adelante el partido. Lo hizo encantada la italiana, que acabó llevándose el partido gracias a su sabidurías para manejar los momentos cumbre del mismo. El resultado final fue 6-0 5-7 6-3 y la siguiente rival de la italiana saldrá del duelo entre Lesia Tsurenko y Dominika Cibulkova.

Wozniacki arrasó a Niculescu

La danesa parece haber recuperado la ilusión por el tenis, así como el acierto a la hora de elegir los golpes y la frescura de piernas. Su partido ante Kuznetsova fue palmario del nivel que puede llegar a alcanzar la danesa. Se reafirmó ante una jugadora siempre complicada como es Mónica Niculescu. La estrambótica derecha cortada de la rumana puede sacar de quicio a cualquiera, pero Wozniacki no se precipitó y atacó con tremenda inteligencia.

El resultado final fue de 6-3 6-1 en favor de la danesa, que espera ya a la vencedora del partido que disputarán entre sí la estadounidense Madison Keys y la japonesa Naomi Osaka. Oportunidad de oro para Wozniacki de volver a soñar.