Sin lugar a dudas este ha sido el partido más duro de todo el torneo para Rafael Nadal, aún con ciertos dolores en su muñeca izquierda. En esta ocasión el francés Lucas Pouille, vigésimo quinto en el ranking ATP, ha logrado salir victorioso tras arrastrar al balear a la quinta manga del encuentro y forzar el tie break.

Nadal accedió a los octavos de final venciendo al ruso Andrey Kuznetsov por 6-1, 6-4 y 6-2 dejando un buen sabor de boca y arrancando la ovación de la Arthur Ashe con uno de sus golpes fetiche: el “gran Willy”.

Durante las horas previas el español insistía de la gran dificultad del encuentro, y no se equivocaba. Pouille, de 22 años, venía de liquidar al castellonense Roberto Bautista, que llegó a ponerse por delante en el marcador después del tercer parcial. Hoy ha hecho muestra de su gran potencial, siendo un duro hueso de roer y arrebatando los únicos tres sets que Nadal ha cedido desde su llegada a Flushing Meadows.

El de Grande-Synthe buscará unas hipotéticas semifinales frente a Novak Djokovic, por lo que deberá solventar el encuentro contra su compatriota Gael Monfils, número 12 del mundo, que ganó cómodamente por tres mangas al chipriota Baghdatis.

El huracán francés

Si de algo puede presumir Lucas Pouille es de su gran progresión como jugador, escalando desde el puesto 78 al vigésimo quinto lugar de la tabla en apenas nueve meses. Este factor se ha hecho patente hoy en el tercer turno de la jornada diurna del Abierto de EEUU.

Nadal y el jugador galo iniciaban el partido entorno a las 21:30 (hora peninsular), minutos después de que Madison Keys y Caroline Wozniacki abandonaran el cemento de la pista central de Nueva York. Lejos de amedrentarse el joven Pouille se adelantaba por tres juegos a un Nadal frío y estético, a base de sus dos puntos fuertes: el servicio y la volea.

Pouille terminó el primer set con ocho golpes ganadores y dos aces

Mediante un juego más ofensivo desde el fondo de la pista y agresividad en la red (como acostumbra el español) parecía que Nadal se asentaba en el partido, algo que pronto se difuminó cuando el francés consigue el 4-1 con un juego en blanco.

Haciendo gala de su aptitud de doblista en la malla Pouille alcanza el 5-1 rompiendo el saque al balear. En el séptimo juego del partido Pouille cometería su primera doble falta, algo que no le impidió finalizar el parcial en 31 minutos y obligar a Nadal a cambiar su estrategia.

Aflora el piloto automático

El inicio de la segunda manga se ha caracterizado por el desequilibrio de la balanza. El mejor Pouille dejaba paso a un Nadal arrollador y con ganas de demostrar de que pasta está hecho. Rompiendo el servicio al francés, en pocos minutos el manacorí se alejaría con un 3-0 a su favor.

El protagonismo de la segunda manga lo asumió el quinto juego, sucediéndose los deuce hasta en tres ocasiones con un 4-1 para Nadal. Pouille tuvo dos bolas de break con la ventaja, pero no supo aprovecharlas adecuadamente y el tenista balear sacó a relucir su drive para ponerse a un juego de la igualada.

Con un 40-15 a su favor, Nadal impuso su ley y dispuso de dos puntos de rotura para terminar refrescándose en la bancada antes de iniciar el tercer parcial.

Tercer y cuarto set: Intercambio de posiciones

La tercera y cuarta manga ha mostrado a la perfección la calidad de ambos tenistas y la gran promesa que augura al circuito masculino: Lucas Pouille. De forma arriesgada, jugando entre líneas y desde el fondo el galo acabaría apropiándose del tercer set por 6-4, a pesar de los intercambios severos y la potencia en las derechas de Nadal.

Pouille actuó veloz en la red y realizó cuatro saques directos durante el tercer y cuarto periodo

El número cinco del mundo no deseaba despedirse aún, y guardaba mucho juego en su empuñadura. A pesar de no estar muy acertado con el revés, iniciaría el cuarto parcial adelantándose en el marcador. Igualaría Lucas Pouille 1-1 con su servicio y un juego en blanco, algo que Nadal consiguió saldar con la misma moneda a continuación.

El peor momento para el balear llegó tras perder la ocasión de aumentar en dos juegos más el resultado, algo que provocó que cometiera dos dobles faltas por la baja altitud del lanzamiento a la hora de sacar. Los gritos de ánimo del público calaron en Nadal, permitiendo establecer el 6-3 a su favor e ir al quinto y último set.

Hacia la muerte súbita

Con la entrada del último set Pouille parecía agotado. Comenzó cometiendo errores impropios en un jugador de su calaña, provocando que armas como sus voleas se le echaran encima. Nadal se adelantaba ante el desaliento del francés con un 3-1, pero de poco le serviría.

La sólida mentalidad de Pouille le permitió sacar fuerzas de flaqueza y conseguir deslizar el encuentro hacia el tie break. Aunque el español comenzaba imponiéndose por 1-0, Pouille estableció el 4-1 con otro saque directo. Nadal se creció ante la presión y logró remontar tres bolas de partido e igualar la muerte súbita a seis. Sin embargo, el fallo en un punto que tenía controlado y una bola bien enganchada en el último momento, permitieron que Pouille firmara un 8-6 después de tres horas y media de partido.