Rafa Nadal compareció visiblemente afectado a la rueda de prensa posterior tras su dura derrota ante el francés Lucas Pouille en los octavos de final del US Open, último "Grand Slam" de la temporada. Pero a pesar de su eliminación, el español no quiso buscar excusas por la derrota y declaró que se siente ilusionado, motivado y con la confianza suficiente para seguir compitiendo y logrando resultados.

Es la primerz vez desde 2004 que Nadal no alcanza al menos los cuartos de final en ningún Grand Slam​"Esta derrota no me va a quitar el sueño, ni me voy con la sensación de no llegar", declaró Nadal después de haber luchado durante más de cuatro horas en la pista central Arthur Ashe para finalmente ceder ante Pouille por 6-1 2-6 6-4 3-6 y 7-6(6). El choque se decidió por pequeños detalles, pudiendo caer para cualquier lado. "No he jugado mal, pero tampoco lo suficientemente bien como para ganar. Lo hice lo mejor que pude y si uno da todo lo que tiene no se puede pedir más", explicó el nueve veces ganador de Roland Garros

"Perdí, eso es lo que importa. Si ganas este tipo de partidos te da mucha moral, pero parece que si los pierdes se acaba el mundo y no tiene por qué ser así. La vida sigue", siguió el manacorí. "Me duele más irme de los torneos cuando siento que que no estoy mal. Me sentía bien, preparado pero hoy he jugado contra un rival contra el que sabía que podía perder", admitió.

El balear admitió sentirse tocado por la eliminación y destacó algunos aspectos a mejorar en su tenis. "No te voy a engañar, me voy triste. Me sentía preparado para llegar lejos en el torneo. Esto es muy simple, se gana o se pierde y hoy he perdido por qué hay ciertos aspectos que debo mejorar y voy a trabajar para hacerlo. No puedo sufrir tanto con el servicio, debo sacar mejor. Mi derecha tiene que ser más sólida, tengo que ser capaz de hacer daño a mis rivales con el drive", puntualizó.

Sin embargo, Nadal quiso destacar que pese a llegar con falta de entrenamiento a los Juegos Olímpicos y coger buenas sensaciones en Brasil, "mi nivel de juego ha sido alto viniendo de donde venía", declaró.

Pese a la eliminación, el nº5 del mundo se ve "preparado para seguir arriba" deja este US Open "con mucha más confianza en la recuperación" que antes de venir a Nueva York. 

Tras la autocrítica, Nadal también tuvo palabras de elogio hacia su verdugo esta noche, el francés Lucas Pouille de quien dijo que "tiene potencial para ser un top5".

Por último, Nadal no quiere hablar ni de retiradas ni de apartarse del tenis, su verdadera pasión en la vida. "No sé los años que me quedan, si uno, dos, tres o seis. El futuro no se puede predecir, tengo 30 años pero ahora no me veo como para dejar de hacer lo que más me gusta", aclaró. "Disfrutaré los años que me queden y pelearé hasta que mi cuerpo y mi cabeza digan basta. Cuando ese día llegue, lo sabré, de eso estoy seguro", finalizó.