Parece ser, que la idílica ciudad de Nueva York, vive un romance con el espectáculo y la emoción. En estos dos últimos años, ha escondido una sorpresa que ha dado la vuelta y con su principal ídolo como jugadora afectada. Si el US Open 2015 pasará a la historia por ser el año en el que Serena Williams se quedó a las puertas de lograr el Gran Slam e igualar a la alemana Steffi Graf, esta edición del 2016 tampoco se quedará atrás y será recordada por todo fan del tenis como el año en el que se puso fin a 186 semanas de reinado de la tenista norteamericana, a sólo una de superar a Steffi Graf. Angelique Kerber, finalista del US Open en curso, nueva reina de la WTA.

Kerber saltó a pista siendo número uno

En el úndecimo día de competición se produjo el que puede ser el bombazo del año y es que Serena Williams ha dejado de ser número uno del mundo a manos de Angelique Kerber. La jugadora de Bremen fue la última en jugar su encuentro de semifinales ante la danesa Caroline Wozniacki, lo cuál significó el salir a la pista Arthur Ashe, aún no de manera oficial, como nueva número uno del mundo, ya que Serena jugó dos horas antes con el resultado ya conocido.

¿Alguien dijo nervios?Kerber recibió una atronadora e impresionante ovación en el momento en el que el speaker del torneo anunció su nombre, un nombre que retumbó por todos los altavoces instalados en el pista central del USTA Billie Jean King Tennis Center. Era una nueva situación para la jugadora alemana, que pese a no tener el numerito uno al lado de su nombre en la clasificación, algo que sucederá este próximo lunes, sabía perfectamente que iba a jugar la semifinal en calidad de número uno mundial, un extra añadido a la presión de acceder a la final del US Open, algo que podría provocarla muchos nervios, pero que por fotuna para ella no sucedió.

Pero no hubo nada de nervios. Es más, el hecho de haber alcanzado la cúspide del tenis femenino le dio a Kerber un plus extra del que no dudó en aprovecharse. El inicio de la nueva número uno del mundo en el partido de semifinales, fue simplemente espectacular, acorde con la gesta recién lograda y con el escenario en donde se cuajaron los hechos.

Kerber logró ocho de los primeros nueve puntos del partido, colocándose así rápidamente con un marcador de 4-0, e incluso tuvo otras dos opciones de hacer más daño y ponerse con un contundente marcador de 5-0. Pero Wozniacki dio atisbos de reaccionar y plantar cara a la nueva líder de la WTA, y así lo hizo, aunque la gran ventaja cosechada por parte de Kerber al inicio del parcial fue clave para que esta se acabase llevando el primer set por el marcador de 6-4.

El refrán dice que "Después de la tempestad, viene la calma". Pues bien, Kerber no supo que es eso de la calma. Con toda la motivación y el éxtasis de lo logrado hace apenas unas horas, Kerber no se bajó de la nube y prosiguió haciendo su tenis, un tenis como ya se conoce que no es nada potente, pero sí de unos ángulos escandalosos. Por que no una número uno es todo fuerza. "El muro de Bremen" siguió en modo "On Fire" y sin dar concesiones a una Wozniacki que ya había cumplido de manera sobresaliente y que estaba siendo la primera privilegiada en disputar un encuentro con la nueva número uno del mundo.

Los nervios aparecieron en Kerber en los compases finales

La danesa intentó variar el juego a base de golpes cortados y subidas a la red e intentar coger desprevenida Kerber, pero la jugadora germana contarrestó los golpes de Wozniacki enterrando así todos esos intentos de reacción de su rival. Los nervios aparecieron cuando Kerber se disponía a sacar para el partido y perdió su servicio en blanco, pero después, al resto, se calmó. La de Odense tiró la pelota fuera de los límites del campo y la de Bremen sacó su pasaporte a la final del US Open tras vencer 6-4 y 6-3 a Caroline Wozniacki.

Lo que unas veces te quita, otras veces te da

Otro refrán dice que "Lo que unas veces te quita, otras veces te da" y es verdad por que también se puede acompañar a esta situación nueva en el mundo del tenis. Hace dos semanas, en Ohio, Cincinnati, Angelique Kerber se quedaba a sólo una victoria de poder lograr el número uno que ahora posee. Es realmente curioso ver el hecho de que la checa Karolina Pliskova privaba a la alemana de alcanzar la cima venciéndola en la final del torneo. Pues bien, hoy, la misma jugadora que la impidió ser número uno del mundo, es quien le ha otorgado ese privilegio. Curioso cuanto menos. Angelique Kerber, que se enfrentará a Karolina Pliskova en la final, es la número uno vigésimosegunda en la historia del tenis femenino.