No había mejor escenario para dejar en evidencia al número uno del mundo que el Arthur Ashe Stadium, algo que no ha pasado por alto Stanislas Wawrinka. Dos de las principales raquetas del circuito masculino se daban cita a las 22:30 (hora peninsular) en una final apasionante sobre la central de Nueva York, pero en esta ocasión la conquista ha caído en las garras del nacido en Lausana. Acusando probablemente su impotencia a las escasas horas de juego sobre el cemento en todo el torneo, Djokovic ha sucumbido ante el verdugo de Fernando Verdasco, Juan Martín del Potro y Kei Nishikori por 7-6 (1), 4-6, 5-7, 3-6.

El belgradense se queda así a las puertas de su tercer Abierto de los EEUU y tendrá que esperar al próximo año para intentar igualar al estadounidense Pete Sampras (poseedor de 14 Grand Slam siendo cinco de ellos US Open). Definitivamente, el primer cabeza de serie no partía como favorito para adueñarse del trofeo, ya que el británico Murray llegaba a Flushing Meadows en un estado de forma muy superior y Nole venía de sufrir varias lesiones previas. Wawrinka no solo se ha hecho con el tercer grande de su carrera (después de coronarse en Australia y París en 2013 y 2014 respectivamente), sino que ha recortado un peldaño más al serbio en materia estadística, posicionándose con cinco victorias sobre las 21 de Novak Djokovic.

El número tres del mundo ha mantenido un enaltece nivel de rendimiento durante estas semanas, que difieren contundentemente de sus resultados desde el inicio de la competición a principios de enero. Las convocatorias en Melbourne y Londres se le atragantaron en las primeras rondas, y en París no fue capaz de defender la totalidad de sus puntos. En cuestión de Masters 1000, solo ha destacado accediendo a los cuartos de final de Montecarlo y a las semifinales del certamen canadiense.

Este plus de autoestima permitirá al suizo acortar distancias con Andy Murray y afrontar con creces los próximos encuentros en Shanghái, París y en la Copa de Maestros a mediados del mes de noviembre.

Sobre el estatus primó la autoridad psicológica y corporal

Novak Djokovic realizando un golpeo de revés | Fuente: Getty Images
Novak Djokovic realizando un golpeo de revés | Fuente: Getty Images

Wawrinka pudo alcanzar la remontada y asegurarse el primer set

Stanislas Wawrinka no empezó cómodo la primera manga del encuentro. En apenas diez minutos el tenista serbio se distanciaba por 3-0, ganando el resto en el segundo turno de juego y acribillando posteriormente por 40-0 al suizo. Aunque el número tres del ranking ATP intentaba recortar distancias, Novak Djokovic estaba en su salsa y no cedía posiciones. Con el 5-2 y dos bolas de break para “Nole” algo pareció chasquear en la cabeza del lausanés, que reaccionó bien y recortó distancias alcanzando el 5-5.

Las dobles faltas y la presión de no haber podido sentenciar el primer set del partido comienzan a hacer mella en el número uno del mundo. Intenta mantenerse férreo siempre por delante en el resultado, pero Wawrinka tensa la cuerda y se permite forzar el tie break. Una muerte súbita extraña, donde la raqueta del suizo no parecía estar muy fina en el golpeo. Habiendo cometido 20 errores no forzados, ni siquiera uno de los mejores puntos del torneo (intercambio en la red muy trabajado) embelleció el 7-1 que le endosó el campeón de la edición anterior.

Durante la segunda manga ambos rivales empataron a 3 en saques directos

La escalada de Wawrinka hacia su plenitud se presenta con su autoridad en el segundo parcial conservando el servicio. Aunque Djokovic no se deja intimidar por la situación, el suizo consigue el break y se posiciona por 1-3 con un elegante latigazo de revés y marcando su actitud psicológica con el dedo en la sien. Con un brillante ace desvirtúa aún más la situación con un 1-4. La afición comienza a enloquecer al ver que los errores del principio por parte del suizo eran más propios de la “locura transitoria”, y aprovechando un traspiés de “Nole”, Stan encaja un derechazo cruzado hacia la izquierda del tenista serbio. Sin embargo, Djokovic se recupera y restablece las tablas con un empate a cuatro.

Wawrinka gestualizando su asombrosa contundencia psicológica durante el partido | Fuente: AFP
Wawrinka gestualizando su asombrosa contundencia psicológica durante el partido | Fuente: AFP

El ecuador de la manga nos deja intercambios bélicos de hasta 20 golpes, donde el tercer cabeza de serie sentencia con un derechazo y ponerse a dos bolas de set. Stanislas Wawrinka no quiere cometer los errores anteriores y probar fortuna en otro nuevo tie break, por lo que sentencia utilizando su calidad de servicio e iguala 1-1 con al pupilo de Boris Becker y Marian Vadja.

El tercer parcial se iniciaba por todo lo alto. Con un intercambio de 28 golpeos ambos profesionales aportaban aliciente al choque, y evidenciaban que acabarían necesitando alguna que otra bombona de oxígeno. El nacido en Lausana demostraba su constante maduración táctica y desenvoltura en la pista durante el encuentro, aguantando a la perfección los intercambios de Novak Djokovic y buscando los ángulos. Destacando el punto que sitúa a Wawrinka por 0-3, “Nole” cree vencido a su rival y sube a la red con intención finalizadora, pero el suizo llega in extremis y alcanza la hazaña con un impecable passing shot.

La agudeza psicológica y el rendimiento físico de Wawrinka acabaron desquiciando al serbio

El primer cabeza de serie en el torneo acaba levantando un tanto el estandarte, pero el número dos de Suiza se mantiene en sus trece y aumenta las distancias. Descontento con su estilo durante las dos últimas mangas, el de Belgrado inserta su mirada constantemente al graderío, dirigiendo a los suyos distintas quejas y muecas cargadas de sarcasmo. Parece que peligra el warning del juez de silla, pero el serbio intenta centrarse y mediante miradas desestabilizadoras establece de nuevo las similitudes con un 3-3.

La incredulidad del número uno ante el nivel del suizo | Fuente: Getty Images
La incredulidad del número uno ante el nivel del suizo | Fuente: Getty Images

No obstante, el campeonato tenía acento helvético y la agresividad de Wawrinka impuso el 5-7 y la sorpresa ante un público desatado. Hacía tiempo que Djokovic se había alejado de la cancha, por lo que el camino hacia el 0-3 fue un paseo dorado para compatriota de Roger Federer. Sudando tinta, “Nole” rasca dos bolas de break y el 1-4 y acaba dolorido en su pie derecho.

El serbio ha cosechado durante estos últimos años la fama de “teatrero”, siendo el mundo del espectáculo su principal vocación según algunos integrantes del circuito tanto femenino como masculino. Stan veía esto como una argucia para contrarrestar su bajón en el juego, pero Djokovic pronto se disculpaba y evidenciaba que realmente sentía molestias en la extremidad.

Superando algunos baches Wawrinka se encontraba lanzado. Con un juego en blanco caza a Novak por 2-5, disponiendo así de su resto para hacerse con su primer US Open. Y esto se cumple un juego más adelante, donde Djokovic logra salvar el primer match point pero cae ante la contundencia del tanque lausanés.