Todo ha cambiado en la vida de Stanislas...o mejor dicho de Stan, porque incluso el nombre del jugador helvético ha mutado en los últimos años. La transformación de Wawrinka es integral y no se debe más que a un ingente trabajo de inteligencia emocional con Magnus Norman y otras figuras clave en la vida de Stan.

La relación con su ex-mujer y su hija parece haberse normalizado, y no esconde su amor con la joven Donna Vekic. Ni siquiera la insolencia de Kyrgios logró sacar a Stan del aura de paz y tranquilidad en el que parece estar sumido. Todo esto se traduce en la pista y es lo que ha provocado que Stan pase de ser un jugador secundario a una estrella capaz de hacer sombra o incluso romper el Big Four.

Wawrinka se quedaba en el casi...

Si hubo un partido que marcó un antes y un después fueron los octavos de final del Abierto de Australia 2013. Allí, Wawrinka se plantó en esa ronda mostrando grandes sensaciones para medirse a Novak Djokovic. Fue un partido épico en el que Stan forzó el quinto set mostrando su mejor tenis. Allí, Novak se impuso por 12-10 generando un desconsuelo absoluto en un Wawrinka que vio cómo se le escaparon oportunidades clave.

Tras ese fatídico partido para sus intereses, Stan se dio cuenta de que tenía armas más que suficientes para vencer a los mejores pero algo debía modificar en su mente. Se cambió el nombre, buscó nuevos asesores deportivos y psicológicos y se tatuó la siguiente frase: "Siempre lo intentaste. Siempre fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor". Fue un aviso a navegantes de lo que estaba por llegar ya que Wawrinka nunca volvería a sentir el regusto amargo que deja el hecho de jugar como nunca y perder como siempre.

Tatuaje de Stan Wawrinka. Foto: zimbio
Tatuaje de Stan Wawrinka. Foto: zimbio

...hasta que dio un salto cualitativo

El suizo avisó ganando a Murray en cuartos de final del US Open 2013

Hasta el inicio de 2014, Stan había ganado cuatro títulos (Umag, Chennai, Casablanca y Oeiras) y había perdido nueve, entre ellas la de un Masters 1000, como fue la de Roma 2008 y Madrid 2013. Estas cifras confirmaban el gran talento y potencial de un jugador que fallaba en los momentos importantes y parecía subducido por la alargada sombra de su compatriota Roger Federer, con el que logró el oro en Atenas 2004 en la modalidad de dobles.

Pero algo hizo click en la cabeza de Wawrinka en 2014. Se acabaron las decepciones, la sensación de perder partidos que estaban ganados y la consideración de sorpresa cuando llegaba a rondas finales. Stan comenzó el año totalmente crecido, ganando en Chennai y logrando la hazaña de alzarse con el título en el Abierto de Australia.

Además de Chennai y el Abierto de Australia, Wawrinka ganó el Masters 1000 de Montecarlo venciendo a Federer en la final

Wawrinka en el Abierto de Australia 2016. Foto: zimbio
Wawrinka en el Abierto de Australia 2016. Foto: zimbio

Stan se tomó la revancha ante Djokovic al vencerle en cuartos de final en un memorable encuentro resuelto por 2-6 6-4 6-2 3-6 9-7, demostrando que lo acaecido un año antes en la misma pista había quedado en el olvido, y en esa ocasión sí que fue capaz de vencer a sus miedos y rendir al máximo nivel en los momentos cumbre. En la final se aprovechó de las molestias físicas de Nadal y se adjudicó un Grand Slam en la primera final disputada, algo realmente complicado en un deporte de tanta exigencia mental como es el tenis.

Las temporadas de 2015 y 2016 se erigen en las de consolidación del aura ganadora que acompaña a Wawrinka allá donde va el suizo. Ocho finales disputadas entre los dos años y ocho victorias, entre las que se cuentan dos Grand Slam pero ningún Masters 1000. Y es que esta es la gran asignatura de un hombre que parece crecerse en los majors pero vagar por las pistas durante varias fases del año.

Wawrinka está cerca de alcanzar un status superior en su raqueta. Su tenis no se adapta demasiado bien a la hierba pero pensar en una eventual victoria en Wimbledon llevaría al de Lausana al olimpo de los dioses, al ser capaz de ganar en los cuatro Grand Slam. Su mejor resultado en el All England Lawn Tennis Club son los cuartos de final alcanzados en 2014 y 2015. Lo que sí queda claro es que un jugador que ostenta un oro olímpico, una Copa Davis y tres Grand Slam ha de ser considerado como uno de los grandes de la historia de este deporte, y mucho más teniendo en cuenta la época en que lo ha logrado; posiblemente, la más esplendorosa de la historia del tenis al coincidir Federer, Djokovic, Nadal y Murray.