Es una guerrera de las pistas, una de esas jugadoras inasequibles al desaliento que parece haber renunciado a los sueños de grandeza que a toda promesa se le otorgan, asumiendo que su objetivo no ha de ser otro que el de luchar por cada victoria como si fuera la última. Coraje, pundonor y humildad son las recetas para que Lara Arruabarrena siga entre las 100 mejores del mundo y pueda ser de la partida en los grandes torneos del circuito.

Alternando sus comparecencias en ITFs y WTAs, la donostiarra mantiene un tono general nada desdeñable y busca momentos de inspiración. Asia parece ser un lugar propicio para ello y ha comenzado con buen pie en el torneo de Seúl, donde el cuadro no es excesivamente exigente y si juega su mejor tenis puede lograr un resultado meritorio.

Arruabarrena, dominadora de principio a fin

No hubo debate, fue un partido con poca historia. La española saltó a pista dispuesta a hacer valer su superioridad de ránking, estando la holandesa fuera del top-200. La presión por tener que ganar el partido no atenazó a una Lara brillante con el servicio y muy viva de piernas al resto. Jugó profundo, con margen y poco a poco fue sacando de su zona de confort a Rus.

Entregó su servicio en una sola ocasión y fue en los compases iniciales del encuentro ya que en cuanto carburó motores no volvió a dar ninguna oportunidad a una maniatada Arantxa, que se vio sin argumentos para contrarrestar la solidez de la española.

Lara Arruabarrena se verá las caras en segunda ronda con la octava cabeza de serie del torneo: la estadounidense Louisa Chirico. Su flamante actuación en el WTA Premier Madrid elevó su tenis a un status superior pero es una tenista contra la que Lara podría tener sus opciones si practica su mejor tenis.