No todos los días son fiesta y se consigue lo que se antoja imposible, y no solo se puede ganar con garra y pundonor. Para encadenar victorias en eventos de máximo nivel, se requiere de un juego completo y regular, sin tantos agujeros como los que se aprecian en el tenis de Sara Errani. La veterana jugadora italiana parece a la deriva en los últimos meses, encadenando derrotas ante jugadoras teóricamente inferiores a ellas y demostrando una flagrante incapacidad para ganar juegos al servicio e imponer su ránking.

La épica no siempre es posible y menos ante jugadoras de un alto nivel como Victorija Golubic. La helvética no para de progresar en sus prestaciones y no se dejó amedrentar por el aura de competidora nata que atesora Errani. Tuvo serios problemas para imponer su ley al servicio pero consiguió cerrar el partido, dejando en la estacada a la primera cabeza de serie del torneo.

Golubic encontró la fórmula

Es fácil desesperarse ante el juego machacón de Errani. Da la sensación de que la italiana no hace más que meter bolas, una detrás de otra, poniendo anzuelos para que las rivales se precipiten en sus ataques. Golubic demostró una gran inteligencia en pista y no tomó malas decisiones, enfrascándose en largos peloteos y recluyendo a Errani lejos de la línea de fondo.

Errani se desfondó en el tramo final y no fue capaz de ganar juegos al servicio

El duelo fue de máxima igualdad, sobre todo cuando Errani estuvo más fresco. Tras superar siete bolas de partido en la primera ronda, la veterana italiana era consciente de la importancia que tenía ganar la primera manga. Lo hizo pero invirtiendo una hora y media de partido y un esfuerzo titánico. Su mordiente en el contraataque se vio muy mermada por ello y Golubic lo aprovechó para ir tomando ventaja.

Le costó mucho a la helvética imponer su ley al servicio, más por mérito de una Errani experta en estas lides que por demérito propio. Se hizo con el segundo set y batalló hasta el final en el tercero, contra la italiana y contra sus propios miedos. Hubo atisbo de remontada pero Golubic sostuvo los nervios y cerró el partido con entereza.