No se puede comprobar lo complejo que es mantenerse entre los 100 mejores del mundo hasta que se está en esa tesitura. En este 2016, Íñigo Cervantes tenía el reto de mantener la condición que se ganó a pulso el pasado año, en un final de temporada estelar. Con sus luces y sombras, la temporada del vasco se puede considerar satisfactoria, al no haber salido del top-100 en ningún momento. Este tramo final de año puede ser aprovechado por Cervantes para lograr alguna escaramuza victoriosa en eventos ATP.

Shenzen es la primera oportunidad y el español parece dispuesto a aprovecharlo. Debutó ante una de las jóvenes promesas del tenis asiático y mostró su versión más sólida. Aspira a encadenar dos victorias consecutivas, algo que se le niega desde hace meses incluso en eventos Challenger.

Cervantes se mostró incomensurable al saque

El jugador español salió dispuesto a quitarse la sensación de desconfianza que lleva meses arrastrando, y para ello se concentró notablemente al saque. Consciente de la necesidad de cortar las alas al descarado jugador japonés, Cervantes intentó asumir la iniciativa de los puntos y llevar la manija del partido.

El español no perdió el saque en todo el partidoJugó con mucho peso y profundidad, sacando a Santillan de su zona de confort y haciéndose con la primera manga con comodidad. El panorama cambió en el segundo set ya que el japonés mejoró sus prestaciones y asumió más riesgos. Cervantes perdió algo de ritmo pero se aferró con profesionalidad al partido, llevando la segunda manga al tiebreak y demostrando en ella su mayor experiencia.

Victoria importante para Íñigo que le puede dar la confianza necesaria para afrontar nuevos retos. Actualmente es el 77 del mundo, y si encadena varios torneos sumando puntos podría asegurarse su condición de top-100 a final de año, y cumplir así con el objetivo prioritario de la temporada.