Con la solidez y el carácter por bandera caminan dos jugadoras que hacen del fondo de pista su hábitat natural y apuestan por desgastar poco a poco a sus rivales, haciendo que jugar contra ellas sea un suplicio. El duelo se vaticinaba apasionante después de que ambas hayan cuajado un excelso torneo repleto de desgaste físico y mental, pero no había otra opción que una batalla encarnizada entre ambas.

Cibulkova está cuajando el mejor año de su carrera, acumulando dos de los seis títulos que ostenta en su palmarés. Estará en la quinta final de su temporada merced a su capacidad de sufrimiento ante una Kuznetsova que no encuentra el premio a su esfuerzo, y sigue sin poder meterse en el último partido de un partido en este 2016.

Remontada de carácter de Cibulkova

Se podía intuir que el servicio no iba a ser garantía de nada. Son dos de las mejores restadores del circuito y los puntos gratis fueron muy escasos, desatándose una batalla encarnizada por cada punto en las que proliferaron todo tipo de efectos, velocidades y alturas. La rusa comenzó más impetuosa el encuentro, conectando golpes ganadores tras recluir a Cibulkova muy por detrás de la línea de fondo.

Todo cambió en el segundo parcial, cuando Cibulkova empezó a emplear con maestría sus golpes cortados sacando de su zona de confort a Kuznetsova. La eslovaca tejió una maraña de consistencia, dejadas y escarceos en la red que solo sus dobles falta impidieron que fuera perfecta. Se hizo con un octavo juego eterno que pudo marcar el devenir del encuentro y equilibró el marcador.

Cibulkova salvó tres bolas de break en el último set

El pronóstico del tercer parcial era incierto, a tenor de la igualdad vista y lo exigente del torneo para ambas, pero Cibulkova aprovechó la tendencia positiva para abrir brecha en el marcador en el tramo medio, tras cinco juegos que supusieron un gran desgaste para Kuznetsova.