Sin tiempo apenas para recuperarse del torneo de Wuhan, que hoy mismo ha tenido su desenlace con el triunfo de la checa Petra Kvitova sobre la eslovaca Dominika Cibulkova, en la presente jornada se dio el pistoletazo de salida al último torneo Premier Mandatory del año, el de Pekín, en donde la presencia de una española, Garbiñe Muguruza, ante la rumana Irina-Camelia Begu, iba a poner el telón a la jornada inaugural.

Begu venció en el último precedente

Este mismo año, en la arcilla madrileña de la Caja Mágica, tuvo lugar el último choque entre estas dos tenistas, donde la victoria corrió del lado rumano en tres sets y remontando un set adverso. Hay que remontarse cuatro años para encontrar el primer enfrentamiento, que se produjo en Bucarest, donde la española se impuso, también en tres sets. Más reciente está el encuentro disputado en la primera ronda de la Fed Cup del año 2015 que acabó con triunfo de Garbiñe de manera contundente. Mirando los precedentes, todos se jugaron bajo suelo local. Hoy, el primero sobre terreno neutral, un dato cuanto menos curioso.

Una primera manga sin ninguna historiaPese a que el final del set fue otra cosa distinta, Garbiñe inició el encuentro mejor que Begu. Se vio a una Muguruza entonada y con ganas de querer hacer bien las cosas y dejar de lado las malas sensaciones con las que lleva acarreando desde el mes de julio, pero esas esperanzas se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos, lo que quiso durar Garbiñe al principio, pues tuvo dos opciones de rotura, pero no las pudo no las pudo concertar.

Ahí finalizó la española en el primer set: comenzó a caminar pasimoniosa, muy rápida en los puntos y sin ningún control sobre ella misma, jugando por jugar. Begu se aprovechó de esta actitud de Garbiñe para dominar a su antojo a la caraqueña utilizándola como si fuese un mero títere. En poco más de media hora, la rumana había dado el primer zarpazo al partido por el marcador de 6-2.

Garbiñe se encuentra un set de la nada

El segundo parcial que se dilucidó bajo la pista central del Beijing Tennis Center fue de lo más raro visto en bastante tiempo en mucho tiempo. Ambas comenzaron sólidas al servicio y Garbiñe se encontró un break. Ese podía ser el punto de despegue, pero ni por esas parecía la española querer apovechar esas oportunidades. Sin embargo, hubo una segunda vez pese a perder la ventaja y en esta ocasión, Garbiñe sí que no dejó escapar esa opción. Begu se desmoralizó y le perdió la cara, y además de la actitud, al partido en su fase final, y regaló el segundo set a Garbiñe por el mismo marcador del primer parcial.

Alguien tenía que ganar

Si de por sí el encuentro no estaba siendo para nada vistoso, la cara tampoco cambió en el definitivo parcial. Si se hubiese hecho una valoración a los puntos, ninguna habría salido vencedora del encuentro, pero en esto del tenis no puede haber empates, y esa fue Garbiñe, que aprovechó unos buenos momentos de sintonía en en su raqueta para hacerse con el triunfo de un partido que fue francamente malo.

La contundencia al servicio marco el guión inicial del tercer set, hasta que llegó el quinto juego, momento en donde Begu rompió el servicio. La cara de Garbiñe no cambió en ningún momento, un rostro típico en el póker, que no se sabía si lo que quería era remontar el partido o irse a casa. La caraqueña no celebraba puntos, ni tampoco se quejaba cuando erraba, era algo muy extraño. Sin embargo, Begu no sabía a qué atenerse y estaba bastante desquiciada.

La rumana dio cuerda a Muguruza, y ello lo aprovechó la española combinándolo con gran brillantez y lucidez y llevándose así el partido en tres sets por os parciales de 2-6 6-2 y 6-3 en poco menos de dos horas. La española no celebró el importante triunfo tras la remontada y se marchó rápidamente del cemento chino sin saludar al público presente en la pista y con un rostro de muy pocos amigos.