La tenista polaca Agniezka Radwanska llegaba al torneo de Beijing tras ser eliminada por Kuznetsova en Wuhan. Por ello, la polaca quería rehacerse de la derrota, haciendo un destacado papel en Beijing. Si en primera ronda ya se deshizo de Wang de manera rápida, en segunda ronda, Radwanska hizo lo mismo con Ekaterina Makarova.

Aunque el partido destacó por la igualdad entre ambas jugadoras, Radwanska sacó un sinfín de recursos para marcar la diferencia en los puntos decisivos, que le permitió marcar la diferencia. La polaca se encontraba ante una jugadora muy potente, que le exigió al máximo, pero como hace de costumbre, no se achantó y tiró de golpes cortados para hacerse fuerte en la pista.

Dos sets similares

El primer set comenzó con un igualdad a nivel de puntos, que mostraba la tónica que se dió a lo largo de todo el partido. Ambas jugadoras se encontraban muy seguras con su primer servicio, pero poco fiables con el segundo. Este panorama generó una gran cantidad de bolas de rotura para ambas jugadoras, que significaba que quién las aprovechara, se llevaría la primera manga. Y así fue, Radwanska rompió por dos veces el servicio de la rusa, que en cambio, solo pudo hacerlo una vez, lo que permitió a Radwanska llevarse el primer set por un 6-3.

El segundo set empezó de la misma manera, pero con una Makarova más fiable con el segundo servicio, lo que provocó mantener de mejor manera el sevicio. El porcentage de puntos totales fue de 55%-45% para RadwanskaAunque, la rusa no aprendió de los errores del anterior set y acabó cediendo dos servicios, sin tener capacidad de reacción. Radwanska se mostró sólida y no falló en los momentos decisivos, manteniendo sus últimos tres servicios y llevándose la segunda manga por 6-4.

Sin embargo, el resultado final no muestra la igualdad entre ambas tenistas, ya que el porcentage de puntos fue de 55% para Radwanska y 45% para Makarova, pero el gran saber hacer de la polaca, hizo clasificarla para la siguiente ronda, dónde se encontrará a la ganadora del partido que enfrenta a Vinci y Wozniacki.