Esta temporada no está siendo una de las más brillantes para Rafael Nadal, habiéndose apropiado exclusivamente del Masters 1000 de Monte Carlo y el Conde de Godó de Barcelona. Es cierto que para cualquier tenista conseguir un trofeo ATP es un verdadero logro, pero el tenista mallorquín nos tiene muy mal acostumbrados.  En su estreno en solitario sobre la central del torneo de Beijing ha demostrado una de sus mejores versiones, desarmando a Paolo Lorenzi, número 39 del mundo, por un doble 6-1.

Después de caer en los cuartos de final del Abierto de los Estados Unidos frente al joven francés Lucas Pouille, las dudas abordaron a Rafael Nadal. No obstante, el siete veces campeón de Roland Garros parece estar dispuesto a dar guerra en este tramo final de la temporada y llegar al máximo nivel a la soñada ATP World Tour Finals de Londres (evento que aún no se ha embolsado).

Poco más de una hora ha necesitado el número cuatro del circuito masculino para frenar los pies al jugador italiano, no muy acertado el día de hoy. Siendo fiel a su estilo el balear ha mantenido un sensacional juego de pies, alcanzado prácticamente los ángulos más inhóspitos de la central del China Open. Los peloteos en profundidad impregnados con ese efecto liftado que caracteriza la imagen de Nadal, tanto con el drive como con el revés, ha puesto en serios aprietos a Lorenzi. El nacido en Roma ha sido un mero espectador del asalto del número cuatro del mundo, consiguiendo únicamente dos games en todo el encuentro y perdiendo el servicio hasta en cinco ocasiones. No obstante, ha dejado destellos de buena calidad durante su intervención.

El manacorí ha ostentado un magnífico servicio, pero también un buen resto. Muy estable emocional y físicamente apenas se le puede reprochar algo. Habiendo dirigido en todo momento el rumbo del partido, Nadal ya espera rival en los octavos de final del evento asiático. Este saldrá del duelo entre el español Albert Ramos y el francés Adrian Mannario que se celebrará la jornada de hoy a partir de la 13:00 horas.