La noche acarreó mucha luz en Pekín; el desprendido por dos estrellas rutilantes que están volviendo a brillar en una gira asiática prolífica en espectáculo y resurgimientos. Caroline Wozniacki y Simona Halep se presentan en la capital china con el objetivo palpable del título, y presentaron sus credenciales con brillantez en la segunda ronda. No eran sencillas sus rivales y eso no hace más que incrementar el mérito de sendos triunfos, que llevan a ambas jugadoras a la tercera ronda.

Wozniacki demuestra que va en serio

La danesa ha vuelto para quedarse. Al menos, ese es el mensaje que transmite con su juego, su actitud y, por supuesto, sus resultados. Barrer de la pista a una de las tenistas más sólidas y aguerridas del circuito, como es Roberta Vinci, supone una clara demostración del estado de confianza en el que se encuentra la de Odense desde la disputa del US Open.

No hubo color en el enfrentamiento mantenido entre Caroline y Roberta. La superioridad de la primera fue manifiesta desde el principio, y tan solo requirió de 75 minutos para dejar en agua de borrajas los efectos cortados y subidas a la red de la de Taranto. 6-3 6-2 fue el resultado final para la danesa, que se medirá en la siguiente ronda a Agnieszka Radwanska.

Halep solventa el trámite

La rumana llega con ganas de resarcirse de su derrota contundente ante Petra Kvitova en semifinales del evento de Wuhan. La de Constanta es una ganadora nata, y aspira a volver a situar su estilo de juego machacón en lo más alto. Tuvo una víctima propiciatoria en Wickmayer, que se convirtió en una escopeta de ferias ante la solidez de fondo de pista de Simona.

El encuentro se resolvió por un contundente 6-2 6-2, con un mínimo despiste al servicio de Halep que no tardó en solventar. Su siguiente rival será la tenista local Zhang, que llegará desgastada física y mentalmente tras su maratoniano duelo ante Alison Riske.