La polaca Agnieszka Radwanska llegaba a los cuartos de final del WTA 500 de Pequín, tras derrotar fácilmente a Wozniacki. En frente se encontraba a la kazaja Shvedova, verduga de Carla Suárez y que había llegado a la ronda de cuartos sorprendentemente.

El partido empezó con un monólogo de la polaca, que no quería sorpresas. Por contra, la kazaja sintió los nervios de jugar ante una de las jugadoras grandes del circuito, que provocó que tuviera muy poca fiabilidad en su juego. Shvedova consiguió tan solo el 25% de los puntos jugados con su servicio, un bagaje muy bajo, que provocó la rotura del servicio por parte de Radwanska, que lo consiguió hasta en tres ocasiones. Con esta tendencia, el primer set fue a parar a manos de la polaca por un claro 6-1.

Radwanska no dejó opción a sorpresas

En el segundo set, Shvedova reaccionó y consiguió mejorar sus registros en la pista, aunque no consiguió llegar al nivel que mostraba la polaca en la pista. La kazaja no supo aprovechar la rotura que le hizo a Radwanska y acabó cediendo hasta tres veces más su saque. Radwanska tan solo ganó el 59% de los puntos con el servicioRadwanska, sin tener un buen porcentage de primeros saques en el segundo set, no dejó opción a que Shvedova pudiese entrar en el partido. La kazaja veía que no estaba desarrollando su mejor juego y su ánimo iba decayendo. Radwanska con un 63% de puntos ganados con su servicio, se llevó el segundo set de manera abultada, por un 6-2.

El encuentro cayó de parte de Radwanska, que sin hacer un juego muy brillante pasó a semifinales del WTA 500 de Pequín, de manera fiable y por la vía rápida en un encuentro que solo duró una hora y siete minutos. En semifinales, la polaca se enfrentará a la ucraniana Elina Svitolina que eliminó a la número 1 del ranking WTA, Angelique Kerber.