Andy Murray cumplió con los pronósticos y se clasificó para su primera final en el ATP 500 de Pekín (China) tras su victoria ante el español David Ferrer, quinto cabeza de serie, en la primera semifinal del cuadro masculino. El marcador, 6-2 y 6-3, fue un tanto engañoso ya que Ferrer, como es habitual en él, nunca se rindió y plantó batalla al primer favorito del torneo. Al final Murray impuso su mayor variedad de golpes para sellar el triunfo.

Ferrer sufrió mucho con su segundo servicio, con el que sólo pudo ganar el 36% de los puntos​Los restos dominaban a los servicios en el inicio del partido, tal como se esperaba teniendo a dos de los mejores restadores del mundo frente a frente. La exigencia era tal que Ferrer tuvo que luchar durante casi 15 minutos para llevarse su primer turno de servicio. El alicantino era quien llevaba la inicitiva frente a un Murray pertrechado en el fondo. Ferrer logró el primer break del encuentro en el tercer juego pero Murray reaccionó inmediatamente con un contrabreak en blanco para poner el empate a dos en el marcador. 

A partir de ese momento el escocés cogió el mando del encuentro y ya no lo soltaría. Ferrer sufría cada vez más con su servicio, especialmente con el segundo con el que comenzaba a tener un agujero bastante grave. Murray logró otras dos roturas más y puso fin al primer set por 6-2 tras 48 minutos de juego. La superioridad del escocés cada vez era más patente sobre la pista. 

Murray mantiene el control del encuentro

La inercia con la que había finalizado el primer set se mantuvo en el segundo. Murray cada vez sacaba y tiraba con más confianza mientras que Ferrer seguía pasando un calvario con su segundo servicio. 

Murray buscará mañana su título número 40 como profesionalEl escocés rompió de nuevo el servicio de su rival para ponerse con 3-1 en la segunda manga. Sin embargo Ferrer no iba a rendirse tan fácilmente. El de Jávea sacó su orgullo y recuperó la desventaja en el juego siguiente. Pero el esfuerzo que hizo para recuperar el terreno acabó por pasarle factura ante un Murray que no bajaba el ritmo. El de Dunblane volvió a quebrar el saque del español (4-2) y esta vez esa rotura sí que sería definitiva. Ferrer obligó a su rival a sacar para el partido y el escocés no falló para poner el definitivo 6-3 en el segundo parcial y consumar la que será su novena presencia este año en una final. 

Por lo tanto, el escocés ya espera rival para mañana domingo. Saldrá del duelo entre el búlgaro Grigor Dimitrov, verdugo ayer de Rafa Nadal, y el canadiense Milos Raonic, pupilo de Carlos Moyá y tercer cabeza de serie del cuadro. 

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Sobre el autor
Manuel García
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.