Garbiñe Muguruza llegaba a Linz tras mostrar muchas dudas en su juego, aunque reconociendo que no cambiaría su forma de jugar, sino que había estado poco acertada. Aún así, había dudas de como reaparecería en Linz. En su debut, Muguruza ganó de manera cómoda ante Buyukakcay.

En segunda ronda se enfrentaba a la rumana Monica Niculescu, jugadora caracterizada por un gran cortado profundo que había que superar. Muguruza empezó el partido sólidamente con el servicio, ganando el 88% de los puntos jugados con el primer saque. Aún así, el pobre porcentage en puntos jugados con el segundo saque, se convirtieron en hasta tres bolas de rotura en contra que supo solventarMuguruza ganó el 73% de los puntos con el primer servicioEn cambio, la rumana se encontraba mucho más incómoda en la pista, lo que significó que concediera hasta cinco bolas de rotura, de las cuales dos fueron aprovechadas por la hispano-venezolana, que se llevó el primer set por un claro 6-1 en poco más de media hora de juego.

Muguruza no se confía

La gran incógnita era si Muguruza sería capaz de proseguir con la misma mentalidad que en el primer set y así, no tener ningún susto en el encuentro. 

Garbiñe no dejó lugar a dudas, empezó aún más fuerte y puso un parcial de 3-0 en el marcador. Aún así, ambas jugadoras bajaron las prestaciones al sevicio, lo que permitió hasta cinco roturas de servicio entre ambas jugadoras. Pero Muguruza no titubeó y no dejó opción a que Niculescu pudiése entrar en el partido, dominando con grandes derechas y con subidas a la red en la parte final para contrarestar grandes golpes de la rumana. Tal nivel de juego provocó que Garbiñe se llevara el segundo set por un claro 6-1 y cerrara el partido.

Con esta victoria Garbiñe Muguruza parece volver a dominar en la pista y pasa a cuartos de final del WTA de Linz, dónde se medirá a Viktorija Golubic ante quién tendrá que certificar las buenas sensaciones exhibidas.