Cualquier ser humano sobre la faz de la tierra ha experimentado esa sensación de euforia que le lleva a sentirse invencible, a flotar sobre los demás y vivir experiencias únicas. Por desgracia, en ocasiones esa sensación se alcanza en noches de jolgorio y aderezo etílico y a la mañana siguiente, la resaca es más que notable. Aplicada esta máxima al tenis, Mónica Puig se emborrachó de gloria en Río de Janeiro y aún meses después, continúa con dolor cabeza y embotamiento general.

Alison Riske se aproxima a sus mejor nivel sin prisa pero sin pausaLa puertorriqueña no parece haber canalizado bien su hazaña en los Juegos Olímpicos y las derrotas se suceden irremediablemente en los meses posteriores. Un nuevo episodio de decepción para Mónica se dio en los cuartos de final de Tianjin, donde cayó derrotada ante una jugadora con peor ránking y, aparentemente, menos potencial que el suyo: Danka Kovinic.

Kovinic fue muy superior

Jugadora de raza, de carácter y de talento. Así es esta joven montenegrina de 21 años y afincada en el puesto 63 del ránking. Sus actuaciones suelen dejar el poso de esperanza por ver cómo evoluciona, pero sigue sin eclosionar del todo. Su encuentro ante Puig fue todo un aval para comprobar sus posibilidades, erigiéndose en la gran dominadora durante todo el encuentro.

Kovinic restó dentro de pista y aprovechó una cierta pesadez de piernas de la puertorriqueña, para tomar el mando de los peloteos y sacarla de su zona de confort. Jugó con margen pero con mucha profundidad, lo que fue suficiente para frenar el caudal de golpes ganadores que acostumbra conectar Puig.

6-4 6-3 para una Danka Kovinic que tendrá como rival en semifinales a la china Shuai Peng, después de la retirada de Agnieszka Radwanska del torneo. Oportunidad manifiesta para ambas de lograr algo grande que dé brillo a su palmarés.

Por su parte, Alison Riske logró una gran victoria ante la local Xinhun Yan por 6-3 6-3 y a sus 26 años, muestra estar a un gran nivel de tenis y se postula como futura top-50.