Para hablar de Martina Navratilova, hay que ponerse de pie. La jugadora nacida en Praga el 18 de octubre de 1956 se ganó durante su larga etapa como jugadora profesional, el ser considerada por muchos como la mejor tenista de la historia. Es cierto que otras tenistas como Steffi Graf, o la propia Serena Williams tienen más Grand Slam que ella, pero ninguna cambió el tenis de la manera en la que lo hizo Navratilova.

Además, solo Margaret Court y ella consiguieron dominar todas las disciplinas del tenis, ya que ganaron todos los Grand Slam tanto en individuales, como en dobles y dobles mixtos, algo que Serena y Steffi no pudieron conseguir. Navratilova también fue pionera en declararse abiertamente homosexual, algo que para un deportista suele ser un paso muy complicado y que rara vez se llega a observar, incluso en nuestros días.

Navratilova brilló en las finales de la WTA

La superioridad tenística que Navratilova demostraba en sus encuentros, fue capaz de plasmarla también en el que es considerado por muchos como el torneo más difícil de ganar, las finales de la WTA. El hecho de que en el cuadro se encuentren las ocho mejores tenistas del momento, tanto en individuales como en dobles, hace que cada partido suponga un duro escollo, pero en el caso de la estadounidense no parecia que esto supusiera ningún problema.

Martina Navratilova en el tramo final de su carrera. Foto: stevegtennis.com
Martina Navratilova en el tramo final de su carrera. Foto: stevegtennis.com

Navratilova basaba su juego en ese saque-red tan bonito de verHasta en ocho ocasiones en el caso de los individuales y once en el de los dobles se impuso Navratilova en este torneo. De hecho, es la única jugadora que se ha alzado con el trofeo en ambas categorias en toda la historia, lo cual vuelve a darle una especial relevancia a todos y cada uno de sus exitos. Además, también fue cuatro veces finalista en individuales, lo que deja claro la regularidad con la que jugó durante toda su carrera.

En la categoría de dobles, sus triunfos llegarón tanto de la mano de Billie Jean King, en una ocasión, como de la que fue su pareja la mayor parte de su carrera: Pam Shriver, tenista que siempre se ha vanagloriado de la gran pareja que formó con Navratilova. La mujer que tuvo la carrera más larga de la historia, ya que estuvo en activo durante 31 años (se retiró de la competición con cincuenta), será recordada como alguien que hizo mucho por el tenis, lo que le llevó a recibir entre otros galardones, el premio Príncipe de Asturias de los Deportes en el año 1994.