Tras tres semanas alejado de las pistas por culpa de una lesión en la zona lumbar, el japonés Kei Nishikori ha regresado con victoria en el ATP 500 de Basilea (Suiza), torneo en el que parte como tercer máximo favorito. El nipón no tuvo especiales problemas para deshacerse del serbio Dusan Lajovic, número 77 del mundo, al que derrotó en una hora y quince minutos en el choque que abrió la jornada nocturna en la pista central.

Nishikori consiguió 14 golpes ganadores por 15 errores no forzados. Lajovic, por su parte, 15 y 21, respectivamente.​Al finalista de este torneo en 2011 se le notó el tiempo de inactividad durante los primeros compases del encuentro. Lajovic, por contra, inició con desparpajo el choque y aunque no tuvo ninguna bola de rotura, coqueteó con el break en los primeros juegos del set. Poco a poco Nishikori fue encontrando el ritmo que necesitaba y fue cogiendo mejores sensaciones conforme avanzaba el partido.  Tanto es así que en la antesala del tiebreak  el tenista de Shimane presionó al resto y en su segunda bola de set conectó un buen resto con su revés que Lajovic no pudo devolver, cediendo de esta manera su servicio y el set por 7-5 tras 46 minutos.

Un segundo set sin historia

Tras hacerse con el primer set, la confianza de Nishikori continuó subiendo. Todo lo contrario le ocurrió a su rival, cuyo rendimiento cayó en picado. Nishikori siguió con la inercia con la que había terminado la primera manga y se hizo con los primeros cinco juegos del set de manera consecutiva poniendo una distancia insalvable para Lajovic de 5-0.

Nishikori se hizo con el 89% de puntos con su primer servicio​El serbio logró por lo menos evitar el rosco al apuntarse con su servicio su primer y a la postre último juego del set. Pero Nishikori ya no estaba para bromas y sentenció el encuentro en el siguiente juego para poner el 6-1 definitivo en el segundo parcial. Tras este triunfal  y cómodo regreso, el tercer cabeza de serie tendrá como rival en la segunda ronda al vencedor del choque que se disputará mañana martes entre el francés Nicolas Mahut y el italiano Paolo Lorenzi.