Era necesario un resultado rompedor que le devolviera a la primera plana. Albert Ramos se encuentra inmerso en la mejor temporada de su carrera profesional, y quiere acabarla por la puerta grande. Tras plantarse en cuartos de final de Roland Garros y ganar el título en Bastad, el de Mataró parece haber entrado en barrena, siendo el torneo de Chengdu el único resquicio por el que fluyó todo su talento. Perdió en la final ante Khachanov y eso pareció sumirle en una cierta desazón, que Fabio Fognini contribuyó a incrementar al ganarle en dos torneos consecutivos: Shangai y Moscú.

Aunque la venganza es un plato que se sirve en frío, Albert no ha querido esperar y apenas una semana después de su última derrota ante el italiano, le ha infligido un severo correctivo en el torneo ATP 500 de Viena. Ramos recupera sensaciones y promete emociones fuertes en un torneo donde no tiene nada que perder.

Fognini mostró su peor cara

Así es el jugador italiano; un tenista capaz de lo mejor y de lo peor, y que pasa de una versión a otra con tremenda facilidad. Tras caer en la final de Moscú, las ganas de jugar al tenis de Fabio parecieron mínimas, y se afanó por ponerlo de manifiesto con su apática actitud en su compromiso ante Albert Ramos.

En menos de una hora de partido, resolvió el encuentro el español, muy intenso y concentrado y sin dejarse llevar por los coletazos siempre brillantes del italiano. Fabio jugó a impulsos pero eso no fue suficiente ante la versión más sólida de Albert, que desea finalizar el año con buenas sensaciones.

El resultado final fue de 6-2 6-2 en favor del de Mataró, cuyo siguiente rival será el vienés Jurgen Melzer. Se antoja una oportunidad manifiesta para que Albert dé un paso más y se meta de lleno en la lucha por el torneo.