Garbiñe Muguruza se trata de la mejor tenista española del momento, con tan solo 23 años, con todo lo que ello conlleva. Es evidente que siempre es interesante conocer más de su persona y como puede afectar a su juego su forma de ser. Justo antes de iniciar el WTA Finals se abrió en una entrevista a El País. 

La hispano-venezolana cree que hay diferentes tipos de jugadoras: “Es difícil explicarlo porque al final el público solo se fija en quién ha ganado, pero es que hay diferentes tipos de jugadoras. Yo las dividiría en tres: las que ganan tres torneos al año y están en un nivel top, las que están en las semifinales de todos los torneos y luego otras como yo. Claro, la gente ve que gano Roland Garros y de repente… ¡Uy, Garbiñe no ha ganado el US Open! Lo entiendo, es normal, pero es difícil que una esté siempre en las portadas y la gente le vea, a menos que siga el tenis y entienda un poco”.

En París todo se magnificó, ver ganar un grande a Muguruza con 22 años: “Sí que tiene un efecto. Al final trabajas toda tu vida para algo así y la sensación es única, única, pero claro, luego viene ese momento malo y toca recuperarte, volver a empezar”. También expresa sus momentos de reflexión: “Y ahí te preguntas: ¿Y ahora, qué? Ahí es donde empiezas a darle vueltas. Has ganado un Grand Slam y te preguntas: ¿Se supone que debo ganar el siguiente? ¿Sí? ¿No? ¿Ahora tengo que jugar siempre bien porque la gente está más pendiente? Dudas, te surgen pensamientos que en el fondo son normales, pero muy difíciles de evitar. Los puedes controlar y eso es lo que estoy intentando hacer”, comenta Garbiñe.

Al ser preguntada por la esperada regularidad: “No paro de oír esa palabra” “Hay gente que la encuentra y gente que no, unos que la tienen y otros que no. A ver, yo cada vez que entro en la pista intento jugar lo que mejor que puedo. No sé si eso es la regularidad o no… Pero, ¿qué es mejor? ¿Ganar un gran torneo al año o llegar en todos hasta los cuartos? Yo intento ganar y si no gano, no gano. Yo lo intento y doy lo máximo, pero no puedo estar pensando todo el rato en esas palabras: regularidad, constancia, etc.”

A la vez, comenta la importancia de la cabeza en el juego: “La verdad es que tengo un carácter complejo. En un momento dado puedo estar más templada, más calmada, y de repente más enfadada o más emocionada. Siempre he dicho que muchas veces puedo llegar a ser mi peor enemiga. En esos momentos complicados debes decirte: tranquilízate, que contra quien tienes que jugar es contra la otra, no contra ti. Básicamente, consiste en encontrar el equilibrio”.

Analiza aspectos no personales

La jugadora valora el mérito de las hermanas Williams en todos los ámbitos. "Cuando ellas se vayan va a haber un vacío, porque han hecho historia en este deporte y en otros ámbitos. Va a ser difícil, pero seguro que vendrá gente nueva. Todo el mundo cree que cuando alguien importante deja el tour es un drama, y al final siempre aparece gente nueva que les reemplaza. Quizá no a Serena, Federer o a Rafa, pero seguro que viene gente que motiva al aficionado, savia fresca”.

La número 6 del ranking WTA termina hablando de las diferencias entre hombres y mujeres: “Es que es diferente con los chicos. En el caso de las chicas todo va un poco más ligado a la apariencia física o la moda. Yo creo que antes era más exagerado y ahora lo es menos, pero siempre va a ir ligado a todo eso. A veces asocian todo al aspecto físico o a qué ropa vistes, pero quizá forma parte de este juego, no lo sé. De todos modos creo que se irá estabilizando cuantas más chicas estén en el poder del deporte. Cada vez hay más y eso es bueno. Si no, mira en España. A partir de ahí creo que irá importando menos la apariencia física y contarán más los logros deportivos”.