La palabra rendición no se encuentra en el vocabulario de ningún tenista. Valores como el sacrificio, sufrimiento y voluntad quedan perfectamente reflejados en la figura de un luchador como Juan Martín del Potro. El jugador procedente de Tandil (Argentina) está dejando atrás su racha de lesiones que le han lastrado los dos últimos años, y está recobrando el tono físico y tenístico que le llevaron a alcanzar el top 4 de la clasificación ATP y ganar el US Open en 2009. 

Juan Martín del Potro se ha ganado el respeto del circuito en cada temporada por ser el único jugador, junto con Ferrer, en poder plantar cara a los cuatro grandes dominadores del circuito durante la primera década del siglo XXI. Es más, fue el único en arrebatar un Grand Slam a Nadal, Federer y Djokovic, que llevaban muchos años repartiéndose los torneos más importantes del mundo del tenis. Por ello y su faceta de luchador, el de Tandil se convirtió en un jugador temido y admirado por sus rivales

El calvario empezó en 2014

Hace dos campañas, Del Potro arrancó la temporada con las esperanzas puestas en volver a poner en aprietos al Big Four y, por qué no, ganar otro Grand Slam. El inicio fue inmaculado. Un título en Sydney le situaba en las casas de apuestas como uno de los máximos aspirantes a la conquista de Open de Australia. Sin embargo, en eso se quedó, en una aspiración, porque el argentino fue derrotado en la segundo ronda por Roberto Bautista Agut después de ir ganando dos sets a uno. A pesar de su segunda ronda en el primer "grande" del año, Del Potro se posicionó 4º del mundo, solo superado por Nadal, Djokovic y Federer. 

El buen inicio de año se truncó por la temprana derrota en el primer major del año, la renuncia a competir con Argentina en la Copa Davis por discrepancias con el equipo y la prensa y porque nadie esperaba que semanas después surgiría una inesperada lesión en su muñeca izquierda y se vería obligado a poner fin a su temporada al tener que pasar por quirófano. A partir de ahí, se inició un calvario que dos años después parece estar llegando a su fin. 

Del Potro siendo tratado por el fisioterapeuta de la ATP | Foto: infobae

Terminó la temporada en la posición 137 del ranking tras haber empezado la campaña en la quinta posición. Y así, fuera del top 100, arrancó la temporada 2015 el espigado jugador argentino. Las primeras sensaciones a principios de año no eran buenas, las molestias en su muñeca seguían amargando la voluntad de Del Potro de volver a competir al 100%. Aún así, el tandilense inició la gira oceánica con unos cuartos de final en Sydney y una primera ronda en el Open de Australia, del que se tuvo que retirar de nuevo por unas molestias en su lastrada muñeca. Según el propio jugador, esas molestias que le habían alejado de las pistas las arrastraba desde el año 2012. 

Otro alto en el camino desvió a Del Potro de disputar el Master 1000 de Indian Wells. Su presencia en Miami no faltó, pero fue efímera. Juan Martín del Potro decidió volver a pasar por el quirófano, lo que le llevó a renunciar al resto de la temporada. Después de ver como Djokovic se volvió a proclamar "maestro" por quinta vez y hacer balance de la temporada, a todos los amantes del tenis nos dolió ver al tenista argentino en la posición 590. 

Todo hacía presagiar que no volveríamos a ver a Del Potro golpeando esa maravillosa y potente derecha plana nunca más. El pensamiento normal de todo tenista, que ha ganado un Grand Slam, que ha conseguido un medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, con el respeto de todo el mundo del tenis y del deporte y, sobre todo, con dos lesiones de muñeca con sus consiguientes operaciones quirújicas, es el de colgar la raqueta y disfrutar el tenis desde la grada o la televisión. Pero esa no es la filosofía de un tipo que ha conseguido todo a base de sacrificio y lucha en una pista. Por ello, 2016 fue el año del resurgir de Juan Martín del Potro

Una medalla olímpica y un título en su regreso

Once meses sin competir es mucho tiempo para un jugador con ADN ganador, por ello el jugador argentino decidió aceptar una wildcard del ATP 250 Delray Beach, debido a su condición como 1042 del mundo. Su andadura en el torneo concluyó en semifinales ante Sam Querrey 7-5 y 7-5, cendiendo solo esos dos sets en el torneo y permitiéndole subir hasta el puesto 420. A continuación, disputó los Masters 1000 de Indian Wells y Miami donde obtuvo una segunda ronda en ambos. La temporada de tierra no dio muchas alegrías al argentino, pero en la hierba cosechó importantes resultados como unas semifinales en Munich y una meritoria victoria ante Stan Wawrinka en la segunda ronda de Wimbledon. 

Pero fue en los Juegos Olímpicos de Río cuando el mundo descubrió que la vuelta de Juan Martín del Potro al circuito podría ser la definitiva y, con ella, cerrar un periodo de lesiones muy duro. En tierras brasileñas Del Potro desplegó un tenis que solo pudo ser frenado en la final por un inconmensurable Andy Murray. Por el camino dejó a Novak Djokovic en primera ronda, de donde salió llorando de la pista entre los aplausos de admiración del público después de ejecutar tal hazaña, y a Rafa Nadal en semifinales. Además de repetir metal, Del Potro volvía al top 200

Del Potro llorando después de vencer a Djokovic en los JJOO de Río | Foto: olé.com

La tendencia positiva continuó hasta los cuartos de final del US Open  donde fue eliminado por el que sería el ganador del torneo, Stan Wawrinka. "Estoy triste, pero satisfecho con el torneo realizado", afirmó Del Potro en la rueda de prensa posterior al partido donde denotó sus ganas por seguir cosechando buenos resultados. Tras ello, ayudó a Argentina a clasificarse para la final de la copa Davis este año con una victoria agónica ante Andy Murray que tuvo que dilucidarse en el quinto set. De esta manera, cerraba otra episodio negativo, en este caso con el equipo nacional argentino y su afición. 

A pesar de que el recuentro de Delpo con el tenis estaba siendo muy bueno, todavía faltaba algo: ganar un torneo. La victoria se hizo esperar, pero finalmente llegó en el ATP 250 de Estocolmo donde eliminó a cuatro cabezas de serie, además de a Nico Almagró, para alzarse con su primer título después de dos años en el dique seco. Esta triunfo le ha alzado hasta el actual puesto 42 de la ATP. A este ritmo y si mantiene ese nivel de juego, no es de extrañar que veamos al argentino rozando el top 10 en algún momento de la temporada que viene. 

La singularidad de Del Potro

Con su título en Estocolmo, el argentino ya suma 19 en su palmarés. De todos sus títulos, 16 de ellos los ganó como jugador preclasificado (partía desde el cuadro principal), pero lo singular llega en los tres restantes. Uno de ello lo ganó como jugador no preclasificado, es decir, que tuvo que jugar la qualy para poder acceder al cuadro principal; otro como Special Exempt (exento especial), que son entradas especiales para aquellos jugadores que jueguen quieran jugar el torneo empezando por las qualys, pero la condición para reclamarlas es estar disputando un torneo la semana anterior que impida jugar dichas qualys; y, finalmente, ganó otro torneo como wildcard. 

Esto aporta mucho mérito a muchos títulos cosechados por el argentino, pero si a eso le añadimos que en 2 de los 19 torneos Del Potro ganó todos sus partidos a jugadores de mejor ranking (Delray Beach 2011 y Estocolmo 2016), se le puede atribuir el título de outsider de lujo.