Aún con más dudas y sufrimiento que en el día de ayer ante el eslovaco Martin Klizan, pero Andy Murray sigue vivo en Viena. El primer cabeza de serie tuvo que ponerse el mono de trabajo para dejar fuera a otro batallador como es el francés Gilles Simon, ante el que cedió su segundo set en lo que va de torneo, para plantarse en los cuartos de final. Un partido caracterizado por las numerosas roturas de saque e imprecisiones cometidas por ambos jugadores. 

18 winners y nada más y nada menos que 58 errores no forzados cometió Murray en el día de hoy​Y es que hoy se enfrentaban por decimoctava vez (15-2 para Murray) dos de los mejores jugadores a la contra del circuito y de los que más habilidad tienen para hacer jugar mal al contrario. Al principio fue Simon el que sacó partido de esta situación llegando a desesperar a un Murray totalmente apagado, especialmente con el servicio, el cual no ganó por vez primera hasta el sexto juego del primer set.

A pesar de hoy no era ni mucho menos su mejor día, Murray reaccionó momentáneamente para seguir vivo en el set. El británico quebró de Simon cuando este sacaba para cerrar el set pero la remontada no llegó a producirse de forma definitiva ya que, de nuevo con sus propios errores, el escocés entregaba su servicio y con ello el set por 6-4. Los números de Murray eran terroríficos: cinco golpes ganadores, 24 errores no forzados y un pobre 29% de puntos ganados con segundo servicio. 

Murray tira de oficio y de físico para levantar el encuentro

Uno de los mejores aspectos de Andy Murray es cómo gestiona las situaciones en las que se ve con el agua al cuello. El partido de hoy volvió a ser un ejemplo. El escocés tuvo que luchar durante 14 minutos y medio (salvando seis break points) para sumar su primer juego del segundo set. Esto dejó tocado mentalmente a Simon que cedió su servicio en el juego siguiente.

Simon acabó negado en la red con 15 puntos de 26 subidasA continuación hubo dos roturas más de manera consecutiva, una para cada uno dejando el marcador en 3-2 para el escocés. Llegado ese momento, Murray por fin encontró un momento de estabilidad en su servicio y aprovechando el bajón mental y físico de Simon se llevó el segundo set por 6-2

Entre set y set, el francés aprovechó para pedir la asistencia del fisioterapeuta del torneo debido a una dolorosa ampolla en su pie derecho, buscando también un respiro ya que el choque estaba siendo muy exigente desde el punto de vista físico. Pero a pesar del parón, Simon estaba en la reserva y Murray, aún con todavía alguna que otra duda con su servicio, ya tenía el control de un partido que le había costado horrores dominar. El de Dunblane volvió a repetir el guión del primer set y tras el empate a dos inicial forzó la máquina para acabar rematando el choque con otro 6-2.

Tras este duro encuentro, son ya más de cinco las horas que ha pasado en pista Murray solamente en sus primeros dos encuentros en Viena. Mañana tampoco lo tendrá nada fácil, puesto que su rival será el cañonero estadounidense John Isner, un jugador ante el que si bien es cierto nunca ha perdido pero contra el que tendrá que estar físicamente al 100%  si quiere seguir aspirando al título.